Matthei Aubel Fernando Jorge

Rut:

Cargos: Comandante en jefe de la Fuerza Aérea

Grado : Comandante en jefe

Rama : Fuerza Aérea


Presentan nueva querella contra general (R) Fernando Matthei

Fuente :La Nación 12 de Septiembre 2006

Categoría : Prensa

El general (R) Fernando Mattehi enfrenta, desde ayer, una segunda querella en su contra por presuntas violaciones de los derechos humanos. Se trata de una acción presentada el lunes por un grupo de cinco personas que estuvieron detenidas en la Academia de Guerra Aérea (AGA), entre 1973 y 1975, que le imputan delitos como secuestro calificado, tortura y asociación ilícita.

Este libelo es similar al que se encuentra en tramitación, desde 1999, por la muerte de dos prisioneros políticos, motivo por el cual Matthei ha debido declarar como inculpado.

Desde esa fecha, el ex uniformado ha reconocido que a partir de enero de 1974 asumió como director de la AGA, pero que nunca alcanzó a desempeñar mando en dicha instancia, debido a que el recinto militar estaba bajo la dirección de una fiscalía y del Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea (SIFA) que, por esos días, se constituía en el origen del temido Comando Conjunto (CC).

En una de sus declaraciones, Matthei sostuvo que “mientras fui director de la AGA y, como ésta estaba en receso y transformadas sus dependencias en un campo de concentración, mis actividades allí eran mínimas. Había hombres de la Fiscalía en la escalera, entre el primer piso y el subterráneo. Era en el subterráneo dónde se mantenía a los detenidos, los que se encontraban a disposición del fiscal Oteíza”. Consultado por el juez sobre el general Bachelet, torturado en ese recinto, Matthei hizo notar su preocupación: “Sí,

preguntaba yo por Bachelet, por Galaz y por Miranda (oficiales detenidos), con quienes yo había tenido buenas relaciones, le preguntaba directamente a Oteíza”, declaró.

Pruebas

Sin embargo, el abogado del Codepu Hiram Villagra sostiene que “en el último tiempo, de las propias declaraciones de Matthei, como otros testigos, han aparecido nuevos antecedentes que es necesario indagar con mayor profundidad”.

La AGA fue el nido inicial de operaciones del CC, organismo represivo encargado de aniquilar al PC durante los primeros años de la dictadura.

Ubicado en las cercanías de avenida Las Condes, desde septiembre de 1973, la AGA funcionó como un centro de interrogatorio y tortura. En ese sitio permanecieron detenidos y fueron torturados el general Alberto Bachelet (padre de la Presidenta), un conjunto de oficiales y suboficiales de la Aviación opositores al golpe, así como numerosos civiles. El caso está en manos del ministro de fuero Juan Eduardo Fuentes Belmar, que sometió a proceso, en mayo de 2005, al coronel (R) Edgar Cevallos Jones, quien fue jefe del SIFA, y el suboficial Ramón Cáceres Jorquera, también integrante del organismo de inteligencia.


Los testimonios que complican al general (R) Fernando Matthei

Fuente :La Nación 14 de Septiembre 2006

Categoría : Prensa

Nuevos testimonios, aportados por ex miembros de la FACH son los que sirvieron al Codepu para patrocinar una nueva querella contra el general (R) Fernando Matthei. Se trata de ex prisioneros que estuvieron recluidos en la Academia de Guerra Aérea (AGA), centro de detención y tortura donde operó el Comando Conjunto, en sus inicios.

Es la segunda acción en su contra, tras determinarse que fue director de la AGA, a partir de enero de 1974. No obstante, el ex uniformado ha sostenido que no tuvo mando, ya que las instalaciones estaban bajo la dirección del Servicio de Inteligencia de la FACH (SIFA).

Pero el abogado patrocinante de la nueva acusación, Hiram Villagra, considera que la última declaración judicial prestada por Matthei, “dista mucho de lo señalado por él públicamente cuando decía que nada sabía de las violaciones de los derechos humanos en dictadura, debido a su permanencia fuera del país como agregado aéreo”.

En su careo con el suboficial (R) de la FACH Ramón Cáceres, Matthei reconoció que estuvo en el subterráneo del recinto, donde se torturaba, donde fue visto: “Sólo una vez bajé al subterráneo a buscar un libro a la biblioteca; me parece que fue alrededor del mes de abril de 1974. Allí vi a varios detenidos en una de las salas de clase, pero no reconocí a nadie. Vestían de civil y se les veía en buenas condiciones”, sostuvo el ex integrante de la Junta Militar, que en ese tiempo era coronel.

Dos aviadores detenidos en el AGA, cuyos testimonios son parte del sumario, sostienen haber visto a Matthei en el subterráneo del inmueble. El capitán (R) Jaime Donoso, torturado ahí, declara en la querella que “hay evidencias testimoniales de que se movía en la AGA. Personalmente lo vi en ese lugar, también lo vio el cabo Sergio Lontano y lo que nos llamó la atención, fue el hecho de que Matthei usaba zapatillas de gimnasia cuando se desplazaba por los lugares donde estábamos los prisioneros”.

En 2005, el cabo primero Sergio Lontano Trureo viajó a Chile para confirmar de cuerpo presente lo que ya había declarado (y anexado al expediente de la causa) desde Inglaterra en 2001. Su testimonio es una de las piezas que sustenta la querella presentada hoy en contra del ex integrante de la Junta Militar. Además de reconocer los dichos de Jaime Donoso, agrega datos inéditos: “Fui llevado a la AGA desde la Cárcel Pública (mediados del ’74). Ahí pude constatar que el coronel Matthei dirigía y seleccionaba a los que tenían que ser torturados e interrogados. Él, junto a otro oficial apodado el ‘Loquillo’, golpearon a dos prisioneros que estaban de pie y vendados”, declara en la causa.

Las querellas se originaron porque desde el subterráneo, desapareció el militante del PC Luis Baeza y fueron asesinados José Bordás Paz (militante del MIR), Alfonso Carreño Díaz (del PC) y el suboficial de la FACH Rafael Reyes Gajardo. En su testimonio, a fojas 1182, el capitán Jaime Donoso declara: “En la madrugada del 8 de octubre de 1973 frente al general (Orlando) Poblete y otros oficiales prisioneros en la AGA, fue asesinado el suboficial de la FACH Rafael Reyes Gajardo, por un soldado debido a que Reyes se había puesto a llorar al pedir antecedentes de su familia. El funcionario que le disparó fue felicitado”.


Rápido rechazo a solicitud de procesamiento de Matthei

Fuente :La Nación Martes 21 de abril de 2009 

Categoría : Prensa

Apenas casi una hora después de que iniciaran el análisis de la solicitud de procesamiento del general (r), Fernando Matthei, la Corte de Apelaciones de Santiago rechazó la medida requerida hoy por abogados de víctimas de la Academia de Guerra entre las que se encuentran el fallecido padre de la Presidenta Michelle Bachelet, general (r) Alberto Bachelet.

Los abogados Hiram Villagra, Boris Paredes y Carlos Cruz, habían presentado la solicitud en ese sentido cerca del mediodía y la Sexta Sala del tribunal de alzada resolvió descartarla pasadas las 13:00 horas.

Los juristas esperaban el procesamiento y arresto del ex comandante en jefe de la Fuerza Aérea (FACh) y, por ese cargo, de la Junta Militar que encabezó el ex dictador Augusto Pinochet, por haber sido director del recinto que sirvió como centro de detención a esa rama castrense.

Le atribuyen responsabilidad por la represión, con torturas, entre 1974 a 1975, con base en un fallo de la misma sala, entonces presidida por Carlos Cerda, en que fueron encausados el general (r) Ramón Cáceres, el coronel (r) Sergio Contreras y otros siete ex oficiales de la FACh.

El abogado defensor de Matthei, Jorge Balmaceda, descartó la acusación afirmando que el ex militar se encontraba en Estados Unidos en el período indagado y que su cargo fue sólo de orden institucional y nominativo, por lo que nunca desempeñó funciones


Cargos y descargos de Matthei en los crímenes de la AGA

Fuente :La Nación Lunes 27 de abril de 2009  

Categoría : Prensa

El ex comandante en jefe de la FACh y ex director de la Academia de Guerra Aérea (AGA), Fernando Matthei, niega responsabilidad en los sucesos de ese recinto, justificando que en 1974 nunca asumió el cargo. Otros oficiales (R) dicen lo contrario.

La contienda entre los tribunales de justicia, el general (R) de Aviación Fernando Matthei Aubel y un conjunto de abogados querellantes por víctimas de la Academia de Guerra Aérea (AGA) se mantiene trabada.

Los demandantes Boris Paredes e Hiram Villagra sostienen que si bien la Sexta Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago rechazó el martes pasado procesar a Matthei por los delitos de secuestro y asociación ilícita genocida cuando tras el golpe militar tuvo a su cargo la AGA, el asunto no estaría cerrado.

Lanzan además sospechas de la forma como fue a caer en esa sala la solicitud de encausamiento que inicialmente negó el juez de la causa AGA, Juan Fuentes Belmar. Entre los que rechazaron el encartamiento de Matthei está el ministro Alfredo Pfeiffer, identificado por las agrupaciones de derechos humanos con la pasada dictadura militar. En la búsqueda de nuevos antecedentes, sostienen que podrán insistir en llevar al ex integrante de la Junta Militar a los estrados judiciales.

Pero Matthei niega sostenidamente su responsabilidad penal en los sucesos criminales de la AGA entre 1974 y 1975. En su principal y escasamente difundida declaración judicial en el caso AGA hace diez años ante el ministro Carlos Cerda, el ex comandante en jefe de la FACh afirma que, si bien efectivamente el general Gustavo Leigh lo designó director de la AGA en diciembre de 1973, permaneciendo en ese cargo hasta el 1 de enero de 1975, "cuando ascendí a general y fui designado como director de Operaciones de la FACh", en realidad nunca asumió "las labores que correspondían como director de la AGA".

Del estudio a la tortura

Admite que esa academia cesó sus labores instructivas tras el golpe de Estado y también acepta que se transformó en un centro de detención porque "allí había detenidos en el subterráneo". Pero rechaza la acusación de haber estado permanentemente en ese recinto y haberse enterado diariamente de la situación de los prisioneros.

"Durante mi período (como director) fui unas diez veces a la AGA para reunirme con el subdirector José Muñoz Pérez y requerir información sobre planificación de programas de estudio y materias anexas", expresó el general (R) en su declaración que, en todo caso, debió prestar en calidad de "inculpado" y no como simple testigo de los hechos.

Para los querellantes, ésta es una de las grandes contradicciones de Matthei, puesto que en la misma pieza judicial sostiene que la AGA dejó de operar como lugar de estudio después del golpe, precisamente el período en que él asume como su director.

El general (R) funda además sus descargos en que "al director de la AGA sólo le correspondía velar por la seguridad exterior del recinto" ante un ataque para liberar prisioneros.

Y respecto de su relación como director con el subterráneo donde estaban los prisioneros, expresó que "el único vínculo entre la AGA y el subterráneo era darles el rancho (comida) y proporcionarles transporte para efectos del servicio".

Y agregó tajantemente: "Nunca supe que en esa Academia se torturaba a los detenidos".

Testigos del caso

Uno de los principales autores de los delitos de lesa humanidad cometidos en la AGA, el general (R) Ramón Cáceres, reconoció en el proceso que “dependí en la Academia disciplinariamente del director Matthei, donde almorcé varias veces con él y el coronel Edgar Cevallos, ocasiones en que el director inquiría por algunos prisioneros”. Cevallos es otro de los oficiales FACh que, de acuerdo al proceso, mostró un trato extremadamente cruel con los prisioneros. Junto a Cáceres, está procesado y condenado por los sucesos de la AGA.

El general (R) Luis Campos también da luces en el juicio sobre Matthei: “Toda la guardia dependía del director, también la guardia de los detenidos”.

Los querellantes dicen en la presentación rechazada por la Corte que “si bien Matthei no se manchó las manos con sangre, como director de la AGA y simultáneamente como director de Operaciones de la FACh, donde controlaba también las tareas de inteligencia, tuvo pleno conocimiento de los detenidos, algunos fallecidos, como el general Alberto Bachelet y el ministro José Tohá”.


General (r) Matthei: “Me siento honrado de haber participado en el gobierno militar”

Fuente :El Mostrador 10 de enero 2012

Categoría : Prensa

En una carta envidad a El Mercurio, el ex comandante en jefe de la Fuerza Aérea se refirió al plebiscito de octubre de 1988 y descartó “la más mínima vacilación” de Augusto Pinochet o la Junta de Gobierno en orden a respetar los resultados que determinaron el retorno a la democracia.

Me siento honrado de haber participado en el gobierno militar, como ministro y como miembro de la Junta de Gobierno. La labor cumplida por las Fuerzas Armadas la juzgará la historia y estoy convencido de que será positivamente”, afirmó el ex comandante en jefe de la Fuerza Aérea de Chile (FACh), general del aire (r) Fernando Matthei Aubel.

El uniformado que en 1978 sucedió a Gustavo Leigh en la Junta Militar de Gobierno y que es el padre de la actual ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, envió una carta a El Mercurio para aclarar versiones en torno a la tensión que generó en el gobierno de Augusto Pinochet el resultado del plebiscito del 5 de octubre de 1988, donde el ex comandante en jefe del Ejército “corrió solo y salió segundo”.

Matthei usó el diario de Agustín Edwards para reiterar el planteamiento que hizo “el 4 de marzo de 1991 en la declaración oficial de la Fuerza Aérea de Chile sobre el Informe de la Comisión de Verdad y Reconciliación”, que presidió Raúl Rettig.

El general (r) afirmó que “sigo compartiendo plenamente, los ideales que inspiraron el pronunciamiento militar del 11 de septiembre de 1973, consecuencia inevitable de un conflicto civil agudizado hasta el extremo, en cuya gestación y desarrollo las Fuerzas Armadas y de Orden no tuvieron participación ni responsabilidad alguna”.

Asimismo dijo lamentar “profundamente, como lo he lamentado siempre, toda pérdida de vida humana. Las víctimas civiles y militares de esta desafortunada etapa representan un testimonio de extremo sentimiento para nuestra conciencia, con las consecuencias de dolor que acarrea para una nación el abandono de una convivencia regida por la razón, que obliga al empleo de la fuerza”, argumentó.

Respecto al plebiscito, aseguró que “se realizó de manera justa, transparente e impecable. Aunque reconoció que “esa noche del plebiscito tuvimos entre nosotros distintas apreciaciones sobre la mejor manera de asegurar el orden público, siempre dentro de la Constitución y la ley”, Matthei recalcó “que jamás existió la más mínima vacilación del Presidente Pinochet o de algún miembro de la Junta de Gobierno en orden a respetar los resultados de ese plebiscito y así cumplir estrictamente lo que mandaba la propia Constitución que nosotros habíamos propuesto al país”.

El ex comandante en jefe de la FACh justificó la carta explicando que “los hechos son los hechos, y no puedo sino ser leal a mi conciencia y decir mi verdad. Se la debo al país que adoro y que tanto le ha dado a mi familia. Lo hago para ser fiel a la verdad histórica, base fundamental de la reconciliación y la unidad nacional que necesitamos”, escribió.


Respuesta al General Fernando Matthei Aubel por carta publicada en El Mercurio

Fuente :El Ciudadano 12 de enero 2012

Categoría : Prensa

Habiendo sido un Capitán de la FACH exonerado, por los miembros de las Fuerzas Armadas el año 1973, me siento consternado por las declaraciones del general Matthei en las cartas al señor director de El Mercurio. Me referiré a los cinco puntos para compensar los decires del general.

Primero, es inconcebible pensar que las FFAA no tuvieron participación alguna en el conflicto civil político y militar que culminaron con el golpe militar. En los cuarteles con bastante anticipación al 11 de septiembre, se hablaba y discutía sobre el golpe, que se le calificaba muy descaradamente Pronunciamiento. Hubo planificación sistemática de la cual fui testigo y que un grupo de oficiales constitucionalistas denunciamos al poder político de la época.

¿Por qué es tan desleal consigo mismo y trata de justificar los hechos por la efervescencia política de la época? Aquí aparece una actitud escasa de honor, dignidad y confusión mental.

Segundo, es fácil decir ahora que lamenta las pérdidas de vida humana de los chilenos en manos de los militares de la época y que el general Matthei sienta dolor, me parece cinismo o demencia, en circunstancias que fui testigo el año 1974, cuando el general era director de la Academia de Guerra Aérea (AGA), lugar de torturas de los oficiales y suboficiales de la FACH que no participamos en la convivencia regida por la razón que obligó al empleo de la fuerza, para someter al país a una dictadura, la cual no ha sido aceptada por el mundo democrático, excepto por los que la instigaron y apoyaron dicho golpe militar.

El general Matthei sigue abrigándose en la complacencia como lo ha hecho en el pasado. Contextualizar en exceso es una forma de eludir la condena moral. Tampoco tiene valor declararse dolido ahora, cuando el dolor no conlleva ningún riesgo y solo tiene ventajas. Más aún, su posición en la AGA lo ubica al lado de la tortura y de los factores que ayudaron a que se produjera. Porque lo que estuvo en juego fue la parte ética de la aplicación de la tortura y de los factores que ayudaron a que se produjera. La tortura en sí es el acto que éticamente no es aceptable.

Tercero, no logro concebir los valores morales y éticos, de una democracia que el general Matthei se sienta honrado de haber participado en el gobierno militar, cuya característica en todo el mundo es clara y precisa, en cuanto a que se produjeron aberraciones humanas, al no respetar la vida de los conciudadanos que fueron sometidos a torturas, otros a prisión y muchos fueron simplemente eliminados por los militares, por el simple hecho de no estar de acuerdo con los principios de la Junta.

Cuarto, es aceptable la percepción del general Matthei, en cuanto a abrir las puertas para que se produjera una modernización de la nación, pero se ha preguntado alguna vez este señor, si la forma o el modelo que se usó eran racionales para aplicar la fuerza en la forma que se produjeron dichos cambios.

Quinto, me caben dudas en cuanto a cumplir el compromiso para volver a la democracia, lo que ya está aceptando que durante el gobierno militar no había democracia y al restaurar la libertad política, económica y social, conceptos que tampoco existieron durante el gobierno de la Junta. Este tipo de conjeturas para justificar Los Hechos son los Hechos, me parecen carentes de principios y valores éticos que estén de acuerdo con las percepciones modernas que se están aplicando en nuestra sociedad.

Creo que este tipo de declaraciones del general Matthei, hay que ponerlas en discusión a todo nivel, para que la historia sea entendida por más ciudadanos de nuestra patria.

Agradecido de antemano;

Jaime Donoso (M. Phil.)

Capitán Ingeniero (R) FACH


Juez Carroza rechazó procesar a Fernando Matthei por muerte del general Bachelet

Fuente :El Mercurio 12 de Septiembre 2012

Categoría : Prensa

SANTIAGO.- Por no haber "presunciones fundadas", el juez Mario Carroza rechazó procesar al ex comandante en jefe de la Fuerza Aérea, Fernando Matthei, en el marco de la investigación por la muerte del general Alberto Bachelet.

La petición de procesamiento de Matthei había sido solicitada por la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos y por el abogado Eduardo Contreras, quien expresó a Cooperativa su disconformidad con la resolución.

"Hay una veintena de declaraciones de ex oficiales de la FACh, de ex torturados de la FACh que lo vieron en la AGA (Academia de Guerra Aérea) en la época en que se torturaba y en la fecha en que fue asesinado el general Bachelet", dijo Contreras.

La muerte Bachelet ocurrió en marzo de 1974. Según estableció recientemente el Servicio Médico Legal (SML), el militar sufrió torturas durante su encierro, en el cual fue procesado por "traición a la patria" por un consejo de guerra. Siempre se mantuvo fiel al Gobierno de Salvador Allende.

El informe del SML consigna que el día previo a su muerte, el general fue sometido a un "intenso interrogatorio" en el que, según la declaración de Álvaro Yáñez (médico que estuvo detenido junto a él), sufrió "grandes apremios psicológicos y de exigencia física, haciéndolo escuchar cómo torturaban a una mujer a la cual debía declarar en su contra".

El SML concluye que "existe una relación de temporalidad entre el último evento cardíaco que le provoca la muerte a don Alberto y un interrogatorio realizado horas antes".

Según su autopsia, Bachelet padecía de una "cardiopatía isquémica crónica" (falta de oxígeno y disminución del flujo sanguíneo a través de arterias coronarias).

En una reciente entrevista, Fernando Matthei se declaró "avergonzado" por las violaciones a los derechos humanos cometidas en el gobierno militar, que integró entre 1978 y 1990 como miembro de la Junta que acompañó al general Augusto Pinochet.

"Personalmente, lamento y me siento avergonzado de que nosotros, siendo gobierno militar, y siendo yo una parte importante de éste, se haya violado derechos humanos", dijo textualmente.

"No puedo decir que no sabía. ¡Por supuesto que sí sabía! Pero tampoco tenía la capacidad de arreglar eso. ¿Por qué? Porque en las Fuerzas Armadas cada uno responde de su propio sector. Yo era comandante de la FACh y no parte de los aparatos de inteligencia", añadió el retirado oficial en una entrevista a CNN Chile.

Refiriéndose al almirante José Toribio Merino, Matthei sostuvo que cuando ambos preguntaban sobre las denuncias de violaciones a los DD.HH., "francamente se nos mentía. Sabíamos también que se nos estaba mintiendo; pero ¿qué alternativa tiene uno? Yo era comandante en jefe de la FACh. Estábamos casi en guerra, y eso también es un hecho histórico. Yo tengo una responsabilidad, que es la defensa de mi país y de conducir a la Fuerza Aérea. Y de eso respondo plenamente".


Caso Bachelet: Piden por segunda vez procesamiento del general (r) Fernando Matthei. 

Fuente :El Mercurio 26 de Julio 2013

Categoría : Prensa

SANTIAGO.- El abogado Eduardo Contreras solicitó por segunda vez al ministro en visita, Mario Carroza, el procesamiento del general en retiro Fernando Matthei como presunto autor de las torturas que sufrió el general Alberto Bachelet en la Academia de Guerra Aérea (AGA), en su calidad de director de esa unidad militar.

"Los nuevos antecedentes aportados en el careo del general Matthei con ex oficiales quedó más que claro que sabía lo que ocurría en la Academia de Guerra Aérea y hasta se dio el tiempo de clasificar a los prisioneros que debían ser interrogados, por lo mismo y en el marco de sus responsabilidades establecidas en el Código de Justicia Militar y lo que señala el Código Penal él es responsable de lo que le ocurrió al general Bachelet", dijo el jurista.

El abogado, quien representa a la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP), agregó que si el ministro Carroza estima que no se dan los presupuestos para considerarlo como autor, se le encargue reo como "cómplice" de los hechos ocurridos entre fines de 1973 y marzo de 1974.

La hija del ex general y actual candidata presidencial de la UDI, Evelyn Matthei, planteó que han intentado varias veces llevar a su padre ante la justicia y "ojalá que tampoco ahora les resulte".

"Todo el mundo sabe que ellos eran amigos (con Alberto Bachelet) y que mi padre solamente ostentaba un título, pero no trabajaba en eso", dijo, añadiendo que "le pusieron el título de director de la academia de guerra, pero requería un general para eso y mi padre era coronel".

"Pero la academia de guerra estaba cerrada, no existía en ese momento y el trabajo que él estaba haciendo era otro", afirmó.

El general Bachelet murió el 12 de marzo de 1974 en la Cárcel Pública de Santiago donde cumplía su condena establecida por un Consejo de Guerra como autor de "traición a la patria".

A principios de mes, por cerca de una hora y en dependencias de la Auditoría General de la Fuerza Aérea, en el edificio de las Fuerzas Armadas en calle Zenteno, se desarrolló el careo entre el ex comandante en jefe de la institución y tres ex oficiales y una prisionera política en la Academia de Guerra Aérea.

Hasta el lugar llegaron los capitanes en retiro, Raúl Vergara y Jaime Donoso, como también el sargento (r) Mario González y Carmen Gloria Díaz, quienes aseguran que el general Matthei supo de los apremios y torturas que sufrió Bachelet.


Una historia de padres y fantasmas

Fuente :Pagina 12 10 de Noviembre 2013

Categoría : Prensa

El general Fernando Matthei, otrora comandante en jefe de la fuerza aérea chilena, habrá de despertarse el domingo 17 de noviembre anticipando un día excepcional, donde tendrá la oportunidad única de votar por su propia hija Evelyn como candidata a la presidencia, un día en que espera que no le ronden resquemores y fantasmas.

Falta que le hace a Evelyn Matthei, que representa la alianza derechista que actualmente gobierna Chile, el sufragio de su padre, ya que no sólo parece asegurada su contundente derrota a manos de la ex presidenta Michelle Bachelet, un resultado desdoroso que puede suscitar una crisis letal en la derecha chilena.

Me pregunto qué va a sentir el general Matthei cuando vea en la papeleta electoral el apellido Bachelet junto al suyo. ¿Recordará que hay un chileno, un íntimo amigo suyo, camarada de toda la vida, un general de Aviación que no podrá emitir su voto en estas elecciones? ¿Pensará Fernando Matthei en Alberto Bachelet, padre de Michelle, que no tendrá jamás la posibilidad de votar por su hija, puesto que en marzo de 1974 el general Bachelet murió de un paro cardíaco inducido por las torturas a las que fue sometido durante seis meses por sus propios colegas militares?

Unicamente por haber sido colaborador del presidente Salvador Allende y mantenerse leal a su causa y su palabra.

Fernando Matthei era agregado aéreo en Londres para el golpe del 11 de septiembre de 1973 y nada pudo hacer para ayudar a su compadre del alma. Su inacción ya es injustificable cuando vuelve a Santiago en enero de 1974 y es nombrado director de la Academia de Guerra de la Aviación, el lugar donde precisamente estaba detenido y fallecería dos meses más tarde el hombre al que su hija Evelyn conocía como el Tío Beto. Aunque en varios procesos posteriores la Justicia chilena determinó que al entonces coronel Ma-tthei no le cabía culpa penal en la muerte del general Alberto Bachelet –debido a que los subterráneos donde apremiaban a su compañero de armas estaban fuera de límites para todo personal que no perteneciera a la fiscalía militar–, otra cosa es la responsabilidad moral. La que, según el mismo Fernando Matthei, todavía le pesa y avergüenza, según confiesa en un libro del 2003: “Primó la prudencia”, dice, “por sobre el coraje”.

Ni el más delirante novelista –y me cuento con orgullo como uno de ellos– podría haber imaginado una historia más inusitada, de dos amigos con destinos tan contrarios. Uno que muere por haber tenido el coraje, pero tal vez no la prudencia, de aceptar, con rango ministerial, un puesto en el gobierno de Salvador Allende. Y el otro que vive con excesiva prudencia y sin coraje para convertirse por dos años en el ministro de Salud de Pinochet y enseguida, durante trece años, integrante de la Junta. La hija de Alberto que llegaría a ser ministro de Salud y después de Defensa en el gobierno de centro-izquierda de Ricardo Lagos y la hija de Fernando que fue senadora y después ministro del Trabajo en el gobierno conservador de Sebastián Piñera. La socialista que fue presidenta de Chile y la derechista que aspira a serlo.

Aunque a estas alturas a lo que de veras aspira es obtener una votación que le permita ocupar por lo menos un honroso segundo lugar en las urnas.

Y es aquí donde la historia de Chile nos ofrece otra sorpresa. Puesto que el general Matthei reconocerá en la papeleta con los aspirantes a la presidencia el apellido de otro candidato cuyo padre tampoco podrá votar en estas elecciones porque fue ultimado por la dictadura.

Se trata de Marco Enríquez, hijo de Miguel Enríquez, líder del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria), abatido por la policía secreta en una calle de Santiago el 5 de octubre de 1974. Dejando tras sí a un hijo de un año y medio de edad, que ahora, casi cuarenta años más tarde, le está pisando los talones a Evelyn Matthei. Si Marco puede, en efecto, repetir el 20 por ciento de los votos que consiguió con su candidatura a la presidencia en las elecciones del 2009, logrará desplazar a la hija del general Matthei, para enfrentar a Michelle Bachelet en una posible segunda vuelta, permitiendo que el pueblo de Chile eligiera entre dos candidatos progresistas.

De todos los protagonistas de esta historia, ha sido Miguel al que más conocí. Mi mujer Angélica y yo fuimos amigos suyos, hasta el punto de que, pese a que no estábamos de acuerdo con la vía armada que proponía el MIR, arriesgamos todo para darle amparo en nuestra pequeña casa a él y a otros dirigentes de su partido en 1970, cuando entraron a la clandestinidad durante el gobierno de Frei padre para provocar en Chile una rebelión al estilo de Cuba, una tesis que nunca dejaron de esgrimir, aun durante los tres años del gobierno Allendista.

¿Qué diría Miguel si viera hoy a su hijo defendiendo la necesidad de transformar a Chile por medios pacíficos, si contemplara a su hijo desechando la violencia en que creía con fervor?

Tantos otros revolucionarios latinoamericanos sobrevivieron la represión de las dictaduras y llegaron a entender que la democracia, lejos de ser la camisa de fuerza de los pueblos, es condición esencial de todo cambio profundo, toda justicia duradera. Espero que así hubiera también evolucionado Miguel, que fue tan imprudente en sus ideas y acciones y a la vez tan pleno de coraje en su vida, tan animado por una sed de liberación humana que todavía me emociona.

Me hubiera gustado abrir esa discusión con Miguel. Me hubiera gustado preguntarle si se arrepiente de los errores que cometió durante los años en que Allende fue presidente, cuando el MIR (junto a elementos extremos y díscolos dentro de la Unidad Popular) desestabilizaron al gobierno popular con sus tomas irresponsables de fábricas y terrenos y predios agrícolas, y aceleraron el golpe con su retórica de una revolución armada inminente que nunca se materializó.

Pero, claro, es una conversación que nunca tendremos.

Si hay una insinuación de justicia divina en la derrota que Evelyn va a sufrir incontestablemente a manos de Michelle, un hecho maravillosamente simbólico que la hija de Alberto triunfe sobre la hija del hombre que abandonó a su padre, ¿no sería más que divino y justo que el hijo del guerrillero e insurrecto Miguel Enríquez dejara fuera de juego a la candidata del Pinochetismo? Que el hijo de una de las víctimas le ganara a la hija de uno de los cómplices de esa política de exterminio sería una muestra definitiva de que Chile le ha dado para siempre la espalda al legado de Pinochet.

Pero queda en este cuento inverosímil de fantasmas y padres y linajes, todavía una vuelta más de la tuerca histórica.

Puesto que fue el mismo aborrecible general Matthei el que facilitó que hubieran hoy en Chile elecciones libres, que su propia hija y la hija de su compañero Alberto y el hijo de su enemigo Miguel, pudieran disputar la presidencia, y que fuera el pueblo de Chile, y no sus fuerzas armadas, el que decidiera el porvenir.

Fue para el plebiscito de 1988. Cuando Pinochet quiso desconocer su derrota y fomentar un auto-golpe que lo mantuviera indefinidamente en el poder, fue el general Matthei quien impidió tal maniobra, concediendo públicamente la victoria del “No”, abriendo paso al retorno de la democracia.

Yo quisiera creer que Fernando Ma-tthei, esa noche de octubre de 1988, estaba pagando una deuda con su viejo amigo Alberto, mostrando ante Pinochet la valentía que no mostró catorce años antes cuando ni siquiera fue a visitar ni menos a consolar a un camarada al que estaban torturando a escasos metros de su propia oficina en la Academia de Guerra.

Es una deuda, sin embargo, que no está enteramente saldada. Le queda al general Matthei, a los 88 años de edad, todavía otro gesto de redención con que pudiera señalar silenciosamente su verdadero arrepentimiento, conseguir que los fantasmas finalmente lo dejen en paz.

Sería un gesto simple, aunque arriesgado.

Sólo bastaría que el general, cuando entre al recinto electoral este próximo 17 de noviembre y recorra la lista de los candidatos, sólo bastaría que el general Fernando Matthei decida en forma clara y tajante y deliberada hacer una pequeña marca al lado del nombre de Michelle Bachelet, bastaría solamente entonces que él, su Tío Fernando, vote por ella, puesto que es desafortunadamente imposible que lo haga ahora y siempre su papá.


Una historia de padres y fantasmas

Fuente :Pagina 12 10 de Noviembre 2013

Categoría : Prensa

El general Fernando Matthei, otrora comandante en jefe de la fuerza aérea chilena, habrá de despertarse el domingo 17 de noviembre anticipando un día excepcional, donde tendrá la oportunidad única de votar por su propia hija Evelyn como candidata a la presidencia, un día en que espera que no le ronden resquemores y fantasmas.

Falta que le hace a Evelyn Matthei, que representa la alianza derechista que actualmente gobierna Chile, el sufragio de su padre, ya que no sólo parece asegurada su contundente derrota a manos de la ex presidenta Michelle Bachelet, un resultado desdoroso que puede suscitar una crisis letal en la derecha chilena.

Me pregunto qué va a sentir el general Matthei cuando vea en la papeleta electoral el apellido Bachelet junto al suyo. ¿Recordará que hay un chileno, un íntimo amigo suyo, camarada de toda la vida, un general de Aviación que no podrá emitir su voto en estas elecciones? ¿Pensará Fernando Matthei en Alberto Bachelet, padre de Michelle, que no tendrá jamás la posibilidad de votar por su hija, puesto que en marzo de 1974 el general Bachelet murió de un paro cardíaco inducido por las torturas a las que fue sometido durante seis meses por sus propios colegas militares?

Unicamente por haber sido colaborador del presidente Salvador Allende y mantenerse leal a su causa y su palabra.

Fernando Matthei era agregado aéreo en Londres para el golpe del 11 de septiembre de 1973 y nada pudo hacer para ayudar a su compadre del alma. Su inacción ya es injustificable cuando vuelve a Santiago en enero de 1974 y es nombrado director de la Academia de Guerra de la Aviación, el lugar donde precisamente estaba detenido y fallecería dos meses más tarde el hombre al que su hija Evelyn conocía como el Tío Beto. Aunque en varios procesos posteriores la Justicia chilena determinó que al entonces coronel Ma-tthei no le cabía culpa penal en la muerte del general Alberto Bachelet –debido a que los subterráneos donde apremiaban a su compañero de armas estaban fuera de límites para todo personal que no perteneciera a la fiscalía militar–, otra cosa es la responsabilidad moral. La que, según el mismo Fernando Matthei, todavía le pesa y avergüenza, según confiesa en un libro del 2003: “Primó la prudencia”, dice, “por sobre el coraje”.

Ni el más delirante novelista –y me cuento con orgullo como uno de ellos– podría haber imaginado una historia más inusitada, de dos amigos con destinos tan contrarios. Uno que muere por haber tenido el coraje, pero tal vez no la prudencia, de aceptar, con rango ministerial, un puesto en el gobierno de Salvador Allende. Y el otro que vive con excesiva prudencia y sin coraje para convertirse por dos años en el ministro de Salud de Pinochet y enseguida, durante trece años, integrante de la Junta. La hija de Alberto que llegaría a ser ministro de Salud y después de Defensa en el gobierno de centro-izquierda de Ricardo Lagos y la hija de Fernando que fue senadora y después ministro del Trabajo en el gobierno conservador de Sebastián Piñera. La socialista que fue presidenta de Chile y la derechista que aspira a serlo.

Aunque a estas alturas a lo que de veras aspira es obtener una votación que le permita ocupar por lo menos un honroso segundo lugar en las urnas.

Y es aquí donde la historia de Chile nos ofrece otra sorpresa. Puesto que el general Matthei reconocerá en la papeleta con los aspirantes a la presidencia el apellido de otro candidato cuyo padre tampoco podrá votar en estas elecciones porque fue ultimado por la dictadura.

Se trata de Marco Enríquez, hijo de Miguel Enríquez, líder del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria), abatido por la policía secreta en una calle de Santiago el 5 de octubre de 1974. Dejando tras sí a un hijo de un año y medio de edad, que ahora, casi cuarenta años más tarde, le está pisando los talones a Evelyn Matthei. Si Marco puede, en efecto, repetir el 20 por ciento de los votos que consiguió con su candidatura a la presidencia en las elecciones del 2009, logrará desplazar a la hija del general Matthei, para enfrentar a Michelle Bachelet en una posible segunda vuelta, permitiendo que el pueblo de Chile eligiera entre dos candidatos progresistas.

De todos los protagonistas de esta historia, ha sido Miguel al que más conocí. Mi mujer Angélica y yo fuimos amigos suyos, hasta el punto de que, pese a que no estábamos de acuerdo con la vía armada que proponía el MIR, arriesgamos todo para darle amparo en nuestra pequeña casa a él y a otros dirigentes de su partido en 1970, cuando entraron a la clandestinidad durante el gobierno de Frei padre para provocar en Chile una rebelión al estilo de Cuba, una tesis que nunca dejaron de esgrimir, aun durante los tres años del gobierno Allendista.

¿Qué diría Miguel si viera hoy a su hijo defendiendo la necesidad de transformar a Chile por medios pacíficos, si contemplara a su hijo desechando la violencia en que creía con fervor?

Tantos otros revolucionarios latinoamericanos sobrevivieron la represión de las dictaduras y llegaron a entender que la democracia, lejos de ser la camisa de fuerza de los pueblos, es condición esencial de todo cambio profundo, toda justicia duradera. Espero que así hubiera también evolucionado Miguel, que fue tan imprudente en sus ideas y acciones y a la vez tan pleno de coraje en su vida, tan animado por una sed de liberación humana que todavía me emociona.

Me hubiera gustado abrir esa discusión con Miguel. Me hubiera gustado preguntarle si se arrepiente de los errores que cometió durante los años en que Allende fue presidente, cuando el MIR (junto a elementos extremos y díscolos dentro de la Unidad Popular) desestabilizaron al gobierno popular con sus tomas irresponsables de fábricas y terrenos y predios agrícolas, y aceleraron el golpe con su retórica de una revolución armada inminente que nunca se materializó.

Pero, claro, es una conversación que nunca tendremos.

Si hay una insinuación de justicia divina en la derrota que Evelyn va a sufrir incontestablemente a manos de Michelle, un hecho maravillosamente simbólico que la hija de Alberto triunfe sobre la hija del hombre que abandonó a su padre, ¿no sería más que divino y justo que el hijo del guerrillero e insurrecto Miguel Enríquez dejara fuera de juego a la candidata del Pinochetismo? Que el hijo de una de las víctimas le ganara a la hija de uno de los cómplices de esa política de exterminio sería una muestra definitiva de que Chile le ha dado para siempre la espalda al legado de Pinochet.

Pero queda en este cuento inverosímil de fantasmas y padres y linajes, todavía una vuelta más de la tuerca histórica.

Puesto que fue el mismo aborrecible general Matthei el que facilitó que hubieran hoy en Chile elecciones libres, que su propia hija y la hija de su compañero Alberto y el hijo de su enemigo Miguel, pudieran disputar la presidencia, y que fuera el pueblo de Chile, y no sus fuerzas armadas, el que decidiera el porvenir.

Fue para el plebiscito de 1988. Cuando Pinochet quiso desconocer su derrota y fomentar un auto-golpe que lo mantuviera indefinidamente en el poder, fue el general Matthei quien impidió tal maniobra, concediendo públicamente la victoria del “No”, abriendo paso al retorno de la democracia.

Yo quisiera creer que Fernando Ma-tthei, esa noche de octubre de 1988, estaba pagando una deuda con su viejo amigo Alberto, mostrando ante Pinochet la valentía que no mostró catorce años antes cuando ni siquiera fue a visitar ni menos a consolar a un camarada al que estaban torturando a escasos metros de su propia oficina en la Academia de Guerra.

Es una deuda, sin embargo, que no está enteramente saldada. Le queda al general Matthei, a los 88 años de edad, todavía otro gesto de redención con que pudiera señalar silenciosamente su verdadero arrepentimiento, conseguir que los fantasmas finalmente lo dejen en paz.

Sería un gesto simple, aunque arriesgado.

Sólo bastaría que el general, cuando entre al recinto electoral este próximo 17 de noviembre y recorra la lista de los candidatos, sólo bastaría que el general Fernando Matthei decida en forma clara y tajante y deliberada hacer una pequeña marca al lado del nombre de Michelle Bachelet, bastaría solamente entonces que él, su Tío Fernando, vote por ella, puesto que es desafortunadamente imposible que lo haga ahora y siempre su papá.


El general (r) Matthei iniciará acciones legales contra quienes lo responsabilizaron de la muerte del general Bachelet

Fuente :Soychile.cl 21 de Noviembre 2014

Categoría : Prensa

El abogado del general (r) de la Fuerza Aérea (Fach) y padre de la ex presidenciable Evelyn Mathhei, Fernando Mathhei; anunció acciones legales contra quienes hicieron "imputaciones falsas y calumniosas" en su contra en el caso de la muerte del padre de la Presidenta Michelle Bachelet, el general Alberto Bachelet.

Esto, porque varias personas lo responsabilizaron de las torturas que recibió en la Academia de Guerra Aérea (AGA) y que luego le provocaron la muerte en 1974. Sin embargo, hoy el juez Mario Carroza condenó a dos coroneles (r) de la Fach por esos apremios ilegítimos, dejando a Mathhei como mero testigo. Incluso hoy la viuda de Bachelet, Angela Jeria, afirmó que cuando ocurrieron los hechos, Matthei estaba fuera de Chile y aún no asumía la dirección de la AGA.

Según el abogado Jorge Balmaceda, "él no tenía ninguna responsabilidad en los hechos investigados y al pretenderse en tres oportunidades imputársele un delito falso, él me ha señalado que va a deducir las acciones penales correspondientes".


Muere Ernesto Galaz, ex militar opositor al golpe de Estado que compartió celda con Alberto Bachelet

Fuente :24horas.cl, 23 de Enero 2018

Categoría : Prensa

El coronel (r) de la Fuerza Aérea de Chile falleció la madrugada de este martes. Además de haber estado detenido con el padre de la Presidenta, acusó al general (r) Fernando Matthei de ser cómplice de sus torturas.

Durante la madrugada de este martes falleció el coronel (r) de la Fuerza Aérea de Chile (FACh), Ernesto Galaz, quien fue una de las voces al interior del Ejército que se opuso al golpe de Estado de 1973 y que por tal opción fue detenido tres días después del asalto a La Moneda por parte de militares leales a Augusto Pinochet.

Galaz coincidió en su paso por la cárcel con el entonces general de la FACh y padre de la Presidenta Michelle Bachelet, Alberto Bachelet. Al compartir el encierro, ambos cultivaron una fuerte amistad. Estuvieron tras las rejas en la cárcel pública, en la Base de Colina y en la Academia de Guerra Aérea (AGA), entonces dirigida por el general (R) Fernando Matthei.
Desde aquel entonces, Galaz sostuvo en diversas entrevistas que Matthei estaba a cargo de dirigir la AGA en 1974, el mismo año en que Alberto Bachelet murió por un infarto al miocardio provocado por los apremios aplicados. Según su versión, el padre de la alcaldesa de Providencia al menos fue cómplice de los horrores ocurridos en ese lugar y lo llamó a reconocer su responsabilidad, al mismo tiempo que criticó a Ángela Jeria por ofrecer su amistad al retirado general.

En 2016, él y otros miembros de la FACh fueron reconocidos por la Corte Interamericana de Derechos Humanos como víctimas de la dictadura. La propia Presidenta Bachelet inauguró ese mismo año una placa conmemorativa en la sede de la AGA, donde se consignan los nombres de quienes allí sufrieron violaciones a los Derechos Humanos por parte de agentes de la dictadura.