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Alejandro Paulino Campos Rehbein

Capitán de Corbeta

Agente DINA - CNI

Alias: "Antolin"

C.I.: 3.704.573-K 

 

Alejandro Paulino Campos Rehbein, oficial de la Armada, cumplió funciones como agente operativo de la DINA en la Brigada Caupolicán, también formo parte como miembro de la Sociedad Pedro Diet Lobos, pantalla comercial de la DINA para encubrir actividades tanto en Chile como en el exterior del país. Posteriormente fue parte de la Subdirección de Inteligencia Exterior de ese organismo criminal.

En la CNI, cumplió funciones en el cuartel general de este organismo, como "analista de información  subversiva", teniendo como asistente directa a la agente/delatora María Alicia Uribe (Carola)

Dichos judiciales de Alejandro Paulino Campos Rehbein, de fojas 3685, quien refiere su participación en la DINA y que el único viaje que realizó fuera del país fue a Buenos Aires en 1975 ó 1976, usando su propio nombre. Añade que Mario Jahn estuvo como Jefe del Departamento Exterior unos seis meses y fue reemplazado por Ureta; también estuvo en ese Departamento Raúl Iturriaga Neumann, ignora que labores desempeñaba porque en ese Departamento existía un “compartimentaje”. En el plenario(6738) agrega en cuanto a la función desempeñada por José Zara en la DINA “Me parece que algo relacionado con el frente bélico exterior, problemas con países limítrofes …”Explica que ambos cumplían funciones en el Departamento Exterior de la DINA y respecto de la estructura exterior de la DINA, explica ”Parte administrativo, otra del frente bélico y otras en que nos dedicábamos a análisis de fuentes abiertas sobre terrorismo nacional o internacional”

 

Fuentes: Revista Análisis No 282, Revista Que Pasa, Poder Judicial.cl; Archivo Memoriaviva


Que pasa.cl,

3 de septiembre 2010

Historia de una traición

La nueva vida de Carola

Las carcajadas de "Carola" dentro de Villa Grimaldi eran inconfundibles para varios de los detenidos. Era una risa "desfachatada", dicen, en medio del lenguaje soez que utilizaba con Pedro Espinoza y con el oficial Ricardo Lawrence, quien semanas antes había estado a cargo de su tortura. A principios de 1975, ella ya estaba del todo integrada a esa nueva vida y evitaba encontrarse de frente con quienes habían sido sus amigos y entonces se encontraban presos.

Debido a su capacidad como analista, su primera labor en la DINA fue descifrar microfilms en negativo con información estratégica del MIR. Más tarde, asumió funciones en la Dirección de Operaciones, instancia donde se decidía a quiénes detener. Corría 1976 y María Alicia Uribe ya disfrutaba de cierto ascendiente sobre los agentes de inteligencia. Dos años después su lealtad fue premiada: permitieron su ingreso a la CNI como analista de información subversiva y como asistente directa del oficial de la Armada Alejandro Campos Rehbein, en el cuartel central del organismo de seguridad.

Ya en ese entonces, "Carola" era una mujer solitaria. En sus nuevas funciones hablaba poco con sus compañeros de trabajo, con quienes no tenía una relación personal fluida. Además, había perdido a todas sus antiguas amistades formadas en la vida política universitaria. Su vínculo más estrecho era el que tenía con el brigadier Pedro Espinoza, quien fue su principal protector en el mundo militar y, a veces, también en el ámbito personal. El abogado socialista Pedro Matta, quien ha investigado las actividades de seguridad, relata que en 1975 la ex mirista fue reconocida legalmente por su padre y dejó de llamarse María Alicia Gómez Gómez para llevar el apellido Uribe. En este cambio tan importante para ella, según el profesional, fue determinante la gestión de Pedro Espinoza. De acuerdo a quienes han investigado esta historia, la intermediación del oficial consistió en apuntar con un arma al padre de "Carola" para obligarlo a asumir su reponsabilidad.

Después del retorno a la democracia, ella siguió ligada a la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE), primero como analista y luego en labores más administrativas. A principios de los años 90 era usual verla caminar por calle República, el barrio donde funcionaban varias oficinas de los organismos de inteligencia.

En 1994, esta mujer, de estatura media y pelo castaño, fue reconocida por un ex mirista en la calle. Afortunadamente, era uno de los pocos militantes que la veían como una víctima de la represión. En ese encuentro, la otrora estudiante de la Universidad de Chile le dijo que había asumido por completo su nueva vida en el mundo militar. En ese tiempo, según ha comentado Marcia Merino en más de una oportunidad, María Alicia se refería a los integrante del MIR como terroristas.

Hoy, "Carola" dice vivir desvinculada del Ejército, aunque en la Policía de Investigaciones afirman que ella recibe una pensión mensual de la Caja de Previsión de la Defensa Nacional (Capredena). Esto le permitió cuidar a su madre enferma, a quien le dedicó en los últimos años la mayor parte de su tiempo. A diferencia de Luz Arce y de la "Flaca Alejandra", María Alicia Uribe no formó una familia. Según un amigo, vive sola en un departamento cerca de La Moneda.


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