Bacigalupo Soracco Elio Horacio

Rut:

Cargos:

Grado : Coronel

Rama : Ejército


Pinochet también comandó una Caravana de la Muerte: Ordenó asesinatos en Temuco y Pitrufquén

Fuente :Punto Final 6 de octubre de 2000

Categoría : Prensa

A 27 años del homicidio del dirigente socialista Jecar Nehgme Cornejo, padre del vocero del MIR, Jecar Nehgme Cristi, asesinado en 1989, se presentó una querella ante el juez Juan Guzmán Tapia, patrocinada por el abogado Nelson Caucoto, en contra de Augusto Pinochet Ugarte, Pablo Iturriaga Marchesse y los que resulten responsables por los delitos de detención ilegal, torturas y secuestro con resultado de homicidio.

El alevoso crimen de Nehgme Cornejo fue una de las secuelas del paso por el sur del comandante en jefe del ejército y presidente de la junta militar, Augusto Pinochet, y su propia Caravana de la Muerte, a poco más de un mes del golpe de Estado.

"En la zona de Los Lagos quedan extremistas, por eso he venido para apreciar si hay necesidad de reforzar los efectivos u ordenar otro operativo para exterminarlos", declaró Pinochet el viernes 26 de octubre de 1973, en Temuco. Explicaba así el carácter de su visita a la región, a pesar que sus hombres ya habían asesinado y encarcelado a gran parte de los opositores al golpe.

Incluso, en los primeros días de octubre, Sergio Arellano Stark había dejado su estela de muerte en la zona. La expectación periodística se mantenía viva en Temuco desde la tarde del día anterior, cuando tres helicópteros sobrevolaron la ciudad y se supo que escoltaban a Pinochet.

Esa mañana, la caravana había descendido en Concepción para informarse de la situación de la provincia y durante la tarde sobrevoló la actual capital de la IX Región cuando se dirigía a Valdivia. Eran las 18.10 horas cuando el helicóptero de Pinochet aterrizó en el Regimiento Cazadores. Lo esperaban el comandante de la División de Caballería y jefe de la zona en estado de sitio, general Héctor Bravo Muñoz, y los comandantes Santiago Sinclair, Gerónimo Pantoja y Patricio Bravo Peralta, de las unidades Cazadores, Maturana y Membrillar.

Después que el general Bravo Muñoz detallara la "normalidad y tranquilidad" que se vivía en la zona, Pinochet advirtió públicamente: "Si los extremistas no se entregan tendrán que morir en combate. Si se entregan serán sometidos a procesos de guerra". En seguida, se dirigió, junto al general Bravo, a la comandancia de la división para reunirse con oficiales y miembros del estado mayor e informarse de la situación en la zona.

La comitiva pasó la noche en Valdivia. A pocos kilómetros de allí, en Temuco, un grupo de militares entraba, cerca de la 1.30 de la madrugada del 26 de octubre de 1973, en el hogar de Jecar Nehgme Cornejo. "Preguntaron por Juan Vera. Al ver que no vivía allí, se fueron. Al minuto, se devolvieron y preguntaron por Jecar. ?Señora, tiene que ir detenido?, me dijeron", relató Manuela Cristi, su esposa. De inmediato, se lo llevaron en una patrulla, igual que a su amigo Gastón Elgueta Elgueta, militante del Partido Socialista y dirigente de la Federación Nacional de Trabajadores de la Salud (FENATS).

Eran las 6 de la mañana cuando Manuela fue al Regimiento Nº 8 Tucapel, a cargo del teniente coronel Pablo Iturriaga Marchesse. Insistió en saber de su esposo, pero no hubo respuesta. "Si quiere llevarse el cadáver, cállese, y recuerde que usted tiene hijos", le dijo un militar. Sus tres hijos estaban en la escuela y los fueron a buscar para avisarles que su padre había muerto. Sin saber cómo, llegaron a la morgue. "No había nadie, mi madre no estaba. Llegó pronto y, al parecer, caminó sola desde el regimiento hasta la morgue", recuerda su hija Fahra, que entonces tenía 9 años. Las amenazas rondaban a la familia Nehgme Cristi, por lo que resolvieron irse de Temuco. Sacaron el ataúd, tomaron algunas cosas y en un viejo vehículo emprendieron, junto a su padre y compañero, un largo y penoso viaje a Santiago.

En el aeropuerto temuquense, el general Pinochet y su comitiva bajaron del helicóptero Nº 256 cuando el reloj marcaba las 11.27 hrs. Lo recibieron los miembros de la junta militar de la provincia: el coronel intendente, Hernán Ramírez; el comandante del Regimiento Tucapel, Pablo Iturriaga; el comandante del Grupo Nº3 de Helicópteros, Andrés Pacheco, y el prefecto de Carabineros, Gregorio San Martín.

Ante el interés de los periodistas, Pinochet explicó: "Vengo más bien como comandante en jefe del ejército. Estamos actuando en una operación en toda la zona y he venido a imponerme personalmente de todas las actividades que se desarrollan". Desde el punto de vista del comandante en jefe, la "normalidad de la zona" no estaba asegurada, aún existían focos de resistencia. Los "extremistas" a los que se refería Pinochet eran mapuches, miembros de partidos de Izquierda, dirigentes sociales y personas que, aunque no tenían ninguna de esas características, también fueron asesinadas brutalmente.

PATRULLA DE BOINAS NEGRAS

Dos días después en Toltén, el Bando Nº 87 de la Intendencia Militar de Cautín comunicó que en la tenencia de Carabineros "se procedía a interrogar al activista Guillermo Hernández Elgueta, ex subdelegado de Cunco, quien (…) aprovechando que la puerta del recinto estaba abierta, sorpresivamente se dio a la fuga, no obedeciendo la orden de detención, ante lo cual el personal hizo uso de sus armas de fuego, siendo dado de baja".

El 16 de octubre de 1973 fue detenido en Victoria el militante del Partido Socialista, Eliseo Segundo Jara Ríos, y llevado a la cárcel. El 27 de octubre lo sacaron en muy malas condiciones. Ese mismo día, Pedro Muñoz Apablaza fue detenido en esa ciudad por una patrulla de boinas negras del ejército que llegó en helicópteros, en misión especial. Los comandos ejecutaron a los dos detenidos en el fundo "California", camino a Curacautín.

En Puerto Saavedra, Francisco Segundo Curamil Castillo, Mauricio Huenucoi Antil y Bernardo Nahuelcoi Chihuaicura fueron detenidos la noche que llegó a esa localidad un contingente de militares proveniente de Temuco. Sus cuerpos sin vida fueron abandonados y encontrados por sus familiares con numerosos impactos de bala.

En suma, hubo diez víctimas durante la visita de Pinochet a la zona: ocho ejecutados y dos detenidos desaparecidos. Estos asesinatos, la visita del dictador a las sedes de la III y IV divisiones de ejército (Concepción y Valdivia), en calidad de comandante en jefe del ejército, y los relatos consignados en el Informe Rettig sobre una patrulla de militares en misión especial, confirma la "operación" a la que se refirió Pinochet en sus declaraciones. El viajó a la zona para ordenar personalmente los secuestros y ejecuciones de sus opositores. Y quienes estaban a cargo de las unidades militares (ver recuadro), que eran sus subordinados, no estuvieron ajenos a estos hechos. En el caso de Elgueta y Nehgme, fue el propio comandante Iturriaga Marchesse quien firmó el bando que comunicó su muerte, por lo que no pudo desconocer las circunstancias en que ocurrieron estos hechos.

"SABIA QUE LO PODIAN MATAR"

Hacía seis años que la familia Nehgme vivía en Temuco. Siendo estudiante de la Escuela Normal de Preceptores, Jecar Nehgme Cornejo ingresó a las Juventudes Socialistas. En 1960, a los 18 años, se casó con Manuela Cristi, de 16. De ese matrimonio nacieron Jecar, Milagros y Fahra.

Como profesor, Nehgme se especializó en sanidad y trabajó en el Servicio Nacional de Salud, que lo trasladó a Temuco en 1967. Allí se desempeñó como jefe del Departamento de Educación de la Salud y profesor del Centro de Adiestramiento de la Dirección del SNS. Poco después se integró a la Universidad de Chile como profesor y jefe de la carrera Técnica de Saneamiento.

Su compromiso social y político se expresó no sólo en una activa militancia, sino también en distintas organizaciones, desde centros de rehabilitación de alcohólicos y comunidades mapuches hasta la Federación Nacional de Trabajadores de la Salud (FENATS). "Desde que salió Allende, la familia se dedicó al trabajo de la Unidad Popular. Los niños se integraban en los trabajos voluntarios. Nuestra vida fue muy linda y todos participábamos", señaló Manuela.

Dos días después del golpe, Jecar Nehgme fue llamado a través de un bando militar y se le comunicó que no podía salir de Temuco. Días después fue obligado a firmar la renuncia a su trabajo.

"Sabía que lo podían matar. A mí incluso me preparó, me dijo que iba a conocer el fascismo, que sería peor que en la España de Franco", recordó su hijo Jecar una década después, en la revista "Análisis". El 28 de octubre de 1973, Manuela y sus hijos ya se encontraban en Santiago. Ese día, "El Diario Austral" de Temuco publicó el Bando Nº12 de la Comandancia de la Guarnición, que entregó la versión oficial de las muertes de Jecar Nehgme y Gastón Elgueta: "Por orden de la Fiscalía Militar, fueron arrestados el 25 (de octubre, a las 22.30 (horas), los ciudadanos Jecar Nehgme Cornejo y Gastón Elgueta, comprobados terroristas. Durante el traslado del lugar de detención al Regimiento de Infantería de Montaña Nº 8 Tucapel, trataron de agredir a la patrulla y apoderarse del arma del centinela por lo que fueron dados de baja. Firma Pablo Iturriaga Marchesse. Coronel Comandante Guarnición Militar de Temuco". Nuevamente, la conmoción irrumpió en la familia. ¿Por qué cambiaban la fecha de detención y muerte? Manuela Cristi debió esperar mucho tiempo para declarar la verdadera versión del asesinato de su esposo, lo que finalmente hizo ante la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación. Hoy, si bien hay más esperanzas en lograr justicia, el abogado Nelson Caucoto afirma que ello dependerá de los recursos para investigar con que cuente el juez Guzmán. "El trabaja en precarias condiciones -comenta-. Para investigar todas las causas que lleva debiera tener, a lo menos, 200 detectives, pero cuenta con 15, como máximo".

Sin embargo, se espera que la causa de Nehgme Cornejo avance rápido por la contundencia de los antecedentes que contiene. Para Nelson Caucoto, el hecho que el dictador estuviera en la zona no es menor. "Pinochet declaró abiertamente que estaba allí como comandante en jefe y para exterminar a los opositores. Como comandante en jefe, asume el mando de la zona y de sus tropas. Y resulta que son sus tropas quienes exterminan a opositores. Además, promete procesos a quienes se entreguen, y no cumple. Tal vez hoy quisiera desmentir estas declaraciones por la virulencia que provocan".

LA LUCHA CONTINUA

En 1979, Jecar comenzó a estudiar Historia en el Pedagógico, donde conoció a su compañera, Agueda Sáez, e ingresó al MIR. Junto a muchos otros estudiantes, impulsó la creación de la Unión Nacional de Estudiantes Democráticos (UNED), de la que fue dirigente.

Eran los tiempos en que comenzaban las protestas populares masivas para derrocar a la dictadura. "El Turco", como decían a Jecar, fue detenido por primera vez el 25 de agosto de 1982 y torturado por la CNI. Sin embargo, su trabajo no se detuvo. En 1984, participaba activamente en el Movimiento Democrático Popular (MDP). En esa agrupación fue detenido junto a otras personas y relegado a Puerto Cisnes. Después participó en la Izquierda Unida (IU), donde ejerció el cargo de vicepresidente. El 4 de septiembre de 1989, cuando el país se preparaba para las primeras elecciones presidenciales, Jecar Nehgme Cristi fue asesinado. Había salido cerca de las 21.20 horas de su partido en Moneda 2423, para encontrarse con Agueda Sáez, madre de su hijo Jecar.

Frente al número 14 de la calle Bulnes, "desconocidos" lo acribillaron con doce balazos. Tenía sólo 28 años.

La noticia conmocionó a la opinión pública que condenó a la CNI. El caso, en manos del ministro en visita Alfredo Pfeiffer, sigue pendiente. El 30 de mayo de este año, Milagros y Fahra Nehgme, junto a Agueda Sáez, solicitaron que este juez se inhabilite. Manuela Cristi murió a principios de 1996, a los 51 años, después de dedicar la vida a sus hijos. A pesar del dolor de no ver aclarados los crímenes de su esposo y de su hijo, murió con la convicción de que, si volviera atrás, no habría cambiado nada: "Buscaría a mi mismo compañero y criaría a mis hijos exactamente igual, como hombres y mujeres honestos y luchadores. Si pudiera cambiar, sería un poco más política para evitar estos crímenes", dijo

Autoridades militares de la IV División de ejército con sede en Valdivia, en1973:

(Jurisdicción en las provincias de Malleco a Llanquihue)
 

Comandancia de la División: general Héctor Bravo Muñoz

Jefe del Estado Mayor: coronel Carlos Paulsen Baeza

Unidades Operativas:

Regto. de Inf. de Montaña Nº 8 "Tucapel", Temuco. Comandante: teniente coronel Pablo Iturriaga Marchesse. 2º comandante: mayor Luis Jofré Soto

Regto. Inf. Nº12 "Sangra", Puerto Montt. Comandante: coronel Rubén Rojas Román

Regto. de Inf. Nº10 "La Concepción", Lautaro. Comandante: coronel Hernán Ramírez Ramírez

Regto. de Caballería Nº2 "Cazadores", Valdivia. Comandante: teniente coronel Santiago Sinclair Oyaneder. 2º Comandante: mayor José Feliú Madinagiotía

Regto. de Caballería Nº3 "Húsares", Angol. Comandante: teniente coronel Alejandro Morel Donoso. 2º Comandante: mayor Patricio O?Ryan Munita

Regto. de Artillería Nº4 "Miraflores", Traiguén. Comandante: coronel Elio Bacigalupo Sorucco

Regto. Art. Mot. "Maturana", Valdivia. Comandante: coronel Héctor González

Regto. de Telecomunicaciones Nº4 "Membrillar", Valdivia. Comandante: teniente coronel Patricio Bravo Pantoja

Regto. Ing. Mot. Nº4 "Arauco", Osorno. Comandante: teniente coronel Lizardo Abarca Maggi. 2º comandante: mayor Antonio Ramírez Parga

Batallón Logístico Nº4, Victoria.Comandante: teniente coronel Luis René Vega Fonsec