Alarma Zunino Sandra Maria Eugenia

Rut: 6724337-4

Cargos:

Grado :

Rama : Civil

Organismos : Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea (SIFA)


Los familiares de víctimas de graves violaciones de Derechos Humanos desde 1973 hasta 1990, le informan que :

Categoría : Prensa

Sandra Alarma, conocida maquilladora,  ha sido citada, en numerosos testimonios, de ex presos políticos, como torturadora de la Academia de Guerra de la Fach.

Su trayectoria es la siguiente :

Ella estudió en la escuela de teatro de la Universidad de Chile. En ese momento militaba en el MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionario). > Luego del Golpe de Estado, cumplió labores de enlace de un miembro de la Comisión Política de este movimiento.

 A fines de marzo de  1974, en la casa de un miembro de la Comisión Política del Mir, con quién ella vivía ( situada en Capitán Orella) es detenida y  llevada a la Academia de Guerra de la Fuerza Aérea donde, sin mediar presiones de ningún tipo, entrega todos los puntos de este militante, provocando con eso, numerosas detenciones. En ese lugar de detención ella permanece (según su declaración judicial) 8 meses sin sufrir apremios físicos. Hay diversos testimonios de ex presos políticos que avalan esa versión y que además agregan, que no sólo no fue torturada, si no que participó como torturadora en los maltratos inflingidos a  los prisioneros políticos. Entre estos se encontraba un niño de 12 años.

 En ese lugar, Sandra Alarma no se limita a entregar información, si no que se convierte en una agente de la SIFA (Servicio de Inteligencia de la Fuerza  Aérea) bajo el mando del Comandante Ceballos.

Numerosos testigos dan cuenta de esto :

 A continuación extractos de declaraciones judiciales de ex presos políticos (al haber un proceso en curso, no se pueden dar nombres):

  "Años mas tarde, mi amigo Director de Teatro,  me contó que Sandra Alarma era una colaboradora y que podría haber sido una infiltrada desde antes del golpe militar. Que participó activamente en sesiones de tortura que le propiciaron a él. Que él conocía de sobra su voz, su tono, su olor, pues había sido pareja de él.".

 Este Director de teatro declara a su vez :

 "Fui interrogado por Sandra Alarma en la Academia de Guerra, estando vendado y esposado, pude reconocer su voz, y se reía cuando yo intentaba ignorar los nombres verdaderos y las direcciones de los compañeros de teatro como "Marcusse" por ejemplo"

 "Fui detenida el 30 de mayo de 1974, a las 8:15 AM, aprox. En mi domicilio, de calle Constitución # 187, Comuna de Santiago, llegaron 2 agentes de la SIFA (Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea) , sin mostrar  orden de detención, ni identificación escrita, pero identificándose verbalmente como: Comandante Ceballos y Comandante Matamala.

Estos venían  acompañados de un grupo de aproximadamente 10 agentes de la SIFA, que se movilizaban en 3 vehículos.

Yo me encontraba en compañía de mi hijo de 12 años, llamado……, quién fue detenido junto a mí. Minutos antes había sido detenido en un lugar público (restaurant Venezia), mi pareja.  Fuimos llevados a la Academia de Guerra de la Aviación (AGA), donde  se me  vendó la vista al llegar.

Permanecí en este centro desde fines de mayo hasta mediados de octubre de 1974, incomunicada. (las fechas exactas no puedo recordarlas, debido a lo traumático de la situación).

Al ingresar al AGA, fui fichada, fotografiada por personal de la SIFA, e interrogada bajo fuerte presión. Hasta ese momento no sabía nada sobre el paradero de mi hijo, que había sido detenido junto a nosotros. Vendada fui trasladada a una habitación donde fui interrogada por diversas personas (hombres y una mujer). Mientras, era amenazada, golpeada, amedrentada y sufriendo una gran presión psicológica para tratar de quebrantar mi dignidad. Pude ver a mi hijo sólo el segundo día. Permaneciendo preso conmigo en el AGA durante 10 días, hasta ser llevado a casa de amigos.

Durante mi estadía en ese centro de detención permanecía vendada, salvo en algunos momentos en que podía desplazar la venda de mis ojos, lo que me permitió ver a una mujer, que participaba en los operativos de detención de otras personas. Conocía la identidad de esta mujer, pues la había visto en la Escuela de Teatro, su nombre era SANDRA ALARMA ZUNINO. Lo que fue confirmado por mi pareja, quien también pertenecía a esta Escuela.

Sandra Alarma, utilizaba pelucas diversas, rubias y colorinas, así como personificaba diferentes identidades bajo la utilización del maquillaje, que utilizaba para detener  y torturar y no ser identificada. Ella permanecía en la misma habitación donde se encontraba  Arturo Villavela Araujo (asesinado posteriormente), donde se hacía pasar por detenida y de donde era sacada como para ser interrogada, cuando en realidad salía para participar en operativos. Yo me daba cuenta que se preparaban a salir de operativo, por el ruido de las armas, las conversaciones, las carreras, la agitación y las ordenes impartidas. Y sentía el ruido de los tacos de esta mujer, que pasaba siempre, ataviada de manera diferente.  Ella sacaba a mi hijo  para interrogarlo en forma engañosa, preguntándole si era "correo". Durante mi detención, no se me permitió cambiarme de ropa, y se me obligaba a ducharme en presencia de un agente. Y se me privó de sueño, puesto que la luz no se apagaba nunca. Era vigilada las 24 horas por un guardia armado.

Fui sometida al Consejo de Guerra  84*74, del cual salí absuelta, por falta de méritos. Recibí atención jurídica de parte de la Vicaría de la Solidaridad. Fueron presentados  sendos recursos de Amparo por mi hijo y yo.

Secuelas sicológicas de mi  detención : pesadillas, angustia por mi y por mi hijo quien  sufrió desmayos posteriormente a su detención. El estado de salud de mi hijo, fue constatado por una doctora de la Vicaría, quien hoy en día trabaja en el Ministerio de Salud. Quien determinó que esos trastornos eran secuela por el secuestro y apremio ilegítimo  al que fue sometido."

SE DEBE SEÑALAR QUE EN ESTE CASO PRECISO, SANDRA ALARMA FUE COMPLICE DE APREMIOS A UN MENOR DE EDAD, CONSIDERADO COMO CRIMEN DE LESA HUMANIDAD.

Durante su estadía en la Academia de Guerra, Sandra Alarma se vinculó sentimentalmente (para luego casarse y tener un hijo) a Cristián Garcia Huidobro Teniente en retiro de la Fach apodado el "Peludo", el cuál es señalado por el General ® Sergio Poblete Garcés, en la causa rol 1058, del 9º Juzgado del Crimen a cargo de la Jueza Raquel Lermanda. como uno de los torturadores más crueles en la Academia de Guerra Aérea y también por todos los sobrevivientes. En la actualidad este torturador es propietario de numerosas propiedades, de dudosa procedencia, cabe señalar que una de las prácticas llevadas a  cabo por los agentes de seguridad era la de expoliar y apropiarse de las propiedades de los presos políticos. El nombre de su esposo es citado además en el sitio www.memoriaviva.com (ese sitio de Internet es una de las referencias más fidedignas en relación a los victimarios y es citado en toda la prensa como fuente) como formando parte de los torturadores de la Academia de Guerra.

Sandra Alarma, fue responsable de la detención de varios de sus compañeros pertenecientes a la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile, muchos de ellos son actualmente DETENIDOS DESAPARECIDOS. Es esa una de las razones por la que evita contactarse con actores y actrices de la generación del 73, así como igualmente, ellos no desean ser maquillados por esta persona.

Para avalar estas afirmaciones basta preguntar sobre este tema  a esos profesionales. Todos estos antecedentes están en conocimiento de la jueza Raquel Lermanda y del Ministro de Fuero, Alejandro Solís en la Corte de Apelaciones, quiénes llevan diferentes querellas por torturas, secuestro, desaparecimiento y ejecuciones durante el Régimen Militar, así como de la Comisión FUNA de los hijos de Detenidos Desaparecidos y  Ejecutados Políticos de la Dictadura. Quiénes preparan una manifestación contra esta torturadora en su lugar de trabajo.


Funa virtual a conocida maquilladora

Fuente :El Siglo 10 de Abril 2004

Categoría : Prensa

La conocida maquilladora Sandra Alarma, que trabaja entre otros sitios en la Agencia Elite y Megavisión, ha sido citada en numerosos testimonios de ex presos políticos como torturadora de la Academia de Guerra de la FACH.

Quienes la conocen señalan que "estudió en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile, donde militaba en el MIR. Luego del golpe de Estado cumplió labores de enlace de un miembro de la Comisión Política del MIR.

A fines de marzo de 1974, en la casa de un miembro del MIR, con quién ella vivía en Capitán Orella, es detenida y llevada a la Academia de Guerra de la FACH donde entrega todos los puntos de contacto de la Comisión Política, sin mediar presiones de ningún tipo. En ese lugar de detención ella permanece 8 meses sin sufrir apremios físicos. Hay diversos testimonios de ex presos políticos que avalan esa versión y que además agregan que no sólo no fue torturada, sino que participó en torturas infligidas a los prisioneros políticos. Entre estos se encontraba un niño de 12 años.

En ese lugar, Sandra Alarma no se limita a entregar información, sino que se convierte en una agente del Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea bajo el mando del Comandante Ceballos".

La madre del niño sostiene que "fui detenida el 30 de mayo de 1974, en mi domicilio. Llegaron 2 agentes de la SIFA sin mostrar orden de detención ni identificación escrita, pero identificándose verbalmente como Comandante Ceballos y Comandante Matamala, acompañados de otros 10 agentes.

Yo me encontraba en compañía de mi hijo de 12 años, quien fue detenido junto a mí. Minutos antes había sido detenido en un lugar público mi pareja. Fuimos llevados a la Academia de Guerra Aérea (AGA), donde se me vendó la vista al llegar.

Permanecí en este centro desde fines de mayo hasta mediados de octubre de 1974, incomunicada.

Al ingresar al AGA fui fichada, fotografiada por personal de la SIFA e interrogada bajo fuerte presión. Hasta ese momento no sabía nada sobre el paradero de mi hijo. Vendada fui trasladada a una habitación donde fui interrogada y torturada por diversas personas (hombres y una mujer). Estos interrogatorios fueron constantes durante la primera semana. Luego se espaciaron. Fui llevaba a una habitación en el segundo piso, donde había un colchón en el suelo y un lavamanos, permaneciendo sola con un guardia armado durante toda mi detención. Pude ver a mi hijo sólo el segundo día, permaneciendo preso conmigo en el AGA durante 10 días, hasta ser llevado a casa de amigos.

Durante mi estadía en ese centro de detención permanecía vendada, salvo en algunos momentos en que podía desplazar la venda de mis ojos, lo que me permitió ver a una mujer, que participaba en los operativos de detención de otras personas. Conocía la identidad de esta mujer, pues la había visto en la Escuela de Teatro, su nombre era Sandra Alarma Zunino. Esta mujer utilizaba pelucas diversas, rubias y colorinas, así como personificaba diferentes identidades bajo la utilización del maquillaje, que utilizaba para detener, torturar y no ser identificada. Ella permanecía en la misma habitación donde se encontraba Arturo Villavela Araujo, donde se hacía pasar por detenida y de donde era sacada como para ser interrogada, cuando en realidad salía para participar en operativos. Yo me daba cuenta que se preparaban a salir de operativo, por el ruido de las armas, las conversaciones, las carreras, la agitación y las ordenes impartidas. Y sentía el ruido de los tacos de esta mujer, que pasaba siempre, ataviada de manera diferente. Ella sacaba a mi hijo para interrogarlo en forma engañosa, preguntándole si era correo".

Durante su estadía en la AGA, Alarma conoció al teniente Cristián García Huidobro, apodado el "Peludo", con quien se casó y tuvo un hijo. El general (r) Sergio Poblete Garcés, en la causa rol 1058 del 9º Juzgado del Crimen a cargo de la Jueza Raquel Lermanda, responsabiliza a García Huidobro de ser uno de los torturadores más crueles en la Academia de Guerra Aérea.

Sandra Alarma fue responsable de la detención y desaparecimiento de varios de sus compañeros de la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile. Es ésa una de las razones por las que evita contactarse con actores y actrices de la generación del 73, así como ellos no desean ser maquillados por ella.

Sobrevivientes del AGA, familiares de víctimas y la Comisión FUNA, por ahora, han realizado una denuncia a través de correos electrónicos a los lugares en que trabaja, pero no descartan hacerle una "visita" en algún evento para el que sea contratada.


Cinco pasajes inéditos de la investigación por la muerte del general Alberto Bachelet

Fuente :La Segunda 20 de julio de 2012

Categoría : Prensa

Desde el pasado martes se encuentran detenidos en la Base Aérea El Bosque los coroneles (r) Edgar Cevallos Jones y Ramón Cáceres Jorquera, acusados de las torturas que habrían llevado a la muerte al general FACh Alberto Bachelet en 1974, quien había sido funcionario del gobierno de Salvador Allende.

«La Segunda» recogió las piezas fundamentales que llevaron al ministro Mario Carroza a individualizar a los presuntos autores del crimen.

A continuación, y en exclusiva, parte de los expedientes con que el magistrado prepara su acusación.

Cevallos, uno de los procesados, dice que sólo detenía personas

"La palabra de un general vale más que la de 10 guardias" .

Así recuerda el coronel (r) Edgar Cevallos , en su declaración ante la justicia, el momento del 11 de septiembre de 1973 en que se decidió que el general Alberto Bachelet quedara solamente con arresto domiciliario y sin vigilancia en su residencia. Según indica en su declaración el principal acusado de las torturas que llevaron a la muerte del uniformado, ese mismo día a Bachelet se le retiró su arma de servicio.

Aunque niega haber participado en los interrogatorios al general, Cevallos sí reconoce que su misión en la fiscalía "era detener a la gente. Esa acción la hacíamos junto a Ramón Cáceres Jorquera (el otro procesado en este caso) y a otros, además de Leonardo Schneider (informante MIR), Sandra Alarma Zunino (informante MIR), Fuentes Morrison (el Wally), el Teniente Bello, el Fifo, entre otros que no recuerdo".

Respecto de las tareas de Cevallos, uno de los militares que estuvo detenido en el AGA, el mecánico de avión José Carrasco Oviedo, asegura haber visto mientras era torturado que "Cevallos accionaba el dínamo (magneto de avión), que produce corriente continua de 24 o 28 voltios".

Los dos informes que sellaron la suerte de los inculpados

Además de las innumerables declaraciones, tanto de ex uniformados detenidos e interrogados en los sótanos de la Academia de Guerra Aérea (AGA) como de los ex miembros del MIR que pasaron por ese mismo proceso, el ministro en visita Mario Carroza (en la foto) pidió dos informes que -según fuentes allegadas a la investigación- lo llevaron a acreditar que la muerte del general Alberto Bachelet se debió a los interrogatorios a los que fue sometido durante su detención.

El menos conocido fue preparado por el Departamento de Medicina Criminalísta de la PDI e incorporado al expediente a mediados de julio pasado . El documento -firmado por el comisario Patricio Díaz Ortiz- sostiene que "los custodios de Alberto Bachelet Martínez estaban en pleno conocimiento de su estado de salud, así como también la Fiscalía de Aviación y los encargados de la Academia de Guerra Aérea, quienes no tomaron los resguardos necesarios para evitar la descompensación de su enfermedad".

El comisario Díaz Ortiz también indica que "en el año 1973 ya había suficiente evidencia científica que relacionaba el estrés con infartos agudos al miocardio y arritmias en pacientes con cardiopatía coronaria" y añade que "acreditada la tortura física y/o psicológica o el trato cruel, inhumano o degradante (…) el 11 de marzo, en dependencias de la AGA, este hecho habría actuado como un factor de estrés, desencadenando una serie de eventos que terminarían en una falla de su sistema cardiovascular".

Más conocida es la existencia del informe documental que preparó el Servicio Médico Legal que describe la dolencia cardíaca que sufría el general y cómo se desencadenó su muerte mientras lavaba platos en la Cárcel Pública: "La declaración de Alvaro Yáñez [médico, oficial de Sanidad Aérea] que se encontraba detenido junto al general Bachelet, refiere que este último le habría referido que el día anterior a su muerte fue sometido a una intensa sesión de interrogatorio en la AGA, con grandes apremios psicológicos y de exigencia física, haciéndolo escuchar cómo torturaban a una mujer a la cual debía declarar en su contra".

En el documento se concluye que "estableciéndose el estado de vulnerabilidad del general Bachelet y siendo éste conocido por agentes del Estado, otorga una obligación directa de éstos de brindar los cuidados correspondientes sobre la persona de Alberto Bachelet (…) Es por lo anterior, que existe una directa relación entre la muerte del general Bachelet y su último interrogatorio, manteniéndose como causa de muerte una descompensación de su patología cardiaca, secundaria a un estado de estrés físico y mental previo".

Angela Jeria y el papelito escondido en el cuello de una camisa

Uno de los recuentos más pormenorizados de los meses previos a la muerte del general Bachelet lo proporcionó su viuda, Angela Jeria. La madre de la ex Presidenta Michelle Bachelet menciona que el 11 de septiembre de 1973 estudiaba Antropología y que una vez que su esposo fue detenido por segunda vez -a finales de año- ella y su hija habitualmente iban a la Cárcel Pública, donde estaba recluido, para llevarse la ropa sucia y dejar mudas limpias.

En esos trámites estaba ella cuando, el jueves 8 de marzo de 1974, encontró un mensaje que su marido le había escrito en un papelito, escondido en el cuello de una camisa: "(Ahí) traía adosado un papel, el cual había sido discretamente ubicado por Alberto, donde escribió una nota, de la cual recuerdo lo medular: 'Mugre y más mugre… tratan de involucrarme en cosas. Por favor, no creas nada de lo que te digan, no hables con nadie hasta que nos veamos nuevamente. Están intentando un ablandamiento. Nos vemos el martes".

Pero ese día nunca llegó, porque la mañana del 12 de marzo de 1974 el general Osvaldo Croquevielle le informó que no podría ir a la cárcel: Bachelet había fallecido.

General (r) Matthei: "A pesar de la amistad, no podía tener contacto con él"

Prácticamente inadvertido dentro de las muchas declaraciones que contiene el proceso, el 2 de marzo pasado la PDI le entregó al ministro Mario Carroza la declaración del ex comandante en jefe de la FACh y ex integrante de la Junta Militar, Fernando Matthei. Su declaración tenía relevancia en la medida en que él era el director de la Academia de Guerra Aérea (AGA) cuando ésta, de forma paralela, funcionaba como tribunal de guerra y entre sus detenidos tenía al general Alberto Bachelet.

En esa época el entonces coronel Matthei venía llegando de Londres -donde había sido agregado aéreo- y el general Gustavo Leigh lo asignó a la AGA. "En el tiempo en que fui director de la AGA efectivamente me enteré que el general Bachelet estaba detenido en ese recinto. A pesar de la amistad que nos unía, no podía tener contacto con él, ya que no podía entrometerme en el trabajo que realizaba la fiscalía, pero sí en una oportunidad le pregunté al comandante de escuadrilla Ramón Cáceres (uno de los acusados en el caso) por el estado de salud del general. Poco tiempo después, me enteré que había fallecido en dependencias de la Cárcel Pública ", dice en su declaración ante la PDI.

Uno de los entonces detenidos en la AGA, Mario González Rifo, dice que a Matthei, "por lo que he escuchado, se le había visto a ciertas horas recorrer los sectores donde se encontraban los detenidos, usando zapatillas y vistiendo ropas deportivas para no ser escuchado al caminar". Esta versión es rebatida por el propio padre de la actual ministra del Trabajo, quien afirma que "no es efectivo que alguna vez haya transitado usando zapatillas por las dependencias de la AGA (…) La situación se puede deber a que en una ocasión bajé al subterráneo, lugar donde se encontraban los detenidos, a buscar un libro a la biblioteca que yo había comprado cuando estuve en Londres y eso fue el mismo día que asumí el cargo".

Abogado de la familia: "Este delito es imprescriptible"

Desde esta semana, Angela Jeria y su hija Michelle Bachelet son querellantes en la investigación por la muerte del general de la FACh. De acuerdo con la opinión del abogado de la familia, el ex ministro de Justicia Isidro Solís, el delito por el cual fueron procesados Edgar Cevallos y Ramón Cáceres -torturas con resultado de muerte- "es imprescriptible y, además, no se puede dictar amnistía respecto de éste". Solís recuerda que "el 11 de septiembre de 1973, por la declaración de Estado de Guerra, si bien se agravó la penalidad, disminuyeron las posibilidades de defensa y se ampliaron los tipos penales (…) Desde el punto de vista del derecho entró a regir como garantía toda la normativa internacional respecto de la guerra que Chile había ratificado". Además, Solís estima que la causa ya "está prácticamente en estado de cerrar la investigación, cerrar el sumario y acusar", porque "en la revisión del proceso uno se da cuenta de que las diligencias que quedan son absolutamente menores, como ratificación de declaraciones que ya se prestaron… por lo tanto, los antecedentes ya están en la causa". A juicio del abogado, "lo más probable es que los (posibles) nuevos sometidos a proceso sean de rango inferior a las personas que ya están imputadas. Básicamente quienes fueron custodios y quienes ayudaron participando en


Extracto Libro: "Nosotros, Los Sobrevivientes Acusamos"

Fuente :Diciembre 2004

Categoría : Prensa

Sandra Alarma Zunino

Ex-miembro del MIR se convierte en torturadora de la Academia de Guerra de la FACH. Participó en torturas inflingidas a los prisioneros políticos. Entre estos se encontraba un niño de 12 años. Durante su estadía en la Academia de Guerra, Sandra Alarma se vinculó sentimentalmente (para luego casarse y tener un hijo) a Cristián García Huidobro, Teniente en retiro de la FACH apodado el "Peludo", el cuál es señalado por el General en retiro Sergio Poblete Garcés, en la causa rol 1058, del 9º Juzgado del Crimen a cargo de la Jueza Raquel Lermanda, como uno de los torturadores más crueles en la Academia de Guerra Aérea y también por todos lo sobrevivientes.

Sandra Alarma, fue responsable de la detención y desaparecimiento de varios de sus compañeros pertenecientes a la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile.


Cinco pasajes inéditos de la investigación por la muerte del general Alberto Bachelet

Fuente :lasegunda.com, 20 de Julio 2012

Categoría : Prensa

«La Segunda» recogió las piezas fundamentales que llevaron al ministro Mario Carroza a individualizar a los presuntos autores del crimen.

Desde el pasado martes se encuentran detenidos en la Base Aérea El Bosque los coroneles (r) Edgar Cevallos Jones y Ramón Cáceres Jorquera, acusados de las torturas que habrían llevado  a la muerte al general FACh Alberto Bachelet en 1974, quien había sido funcionario del gobierno de Salvador Allende.

A continuación, y en exclusiva, parte de los expedientes con que el magistrado prepara su acusación.

Cevallos, uno de los procesados, dice que sólo detenía personas

"La palabra de un general vale más que la de 10 guardias" .

Así recuerda el coronel (r) Edgar Cevallos , en su declaración ante la justicia, el momento del 11 de septiembre de 1973 en que se decidió que el general Alberto Bachelet quedara solamente con arresto domiciliario y sin vigilancia en su residencia. Según indica en su declaración el principal acusado de las torturas que llevaron a la muerte del uniformado, ese mismo día a Bachelet se le retiró su arma de servicio.

Aunque niega haber participado en los interrogatorios al general, Cevallos sí reconoce que su misión en la fiscalía "era detener a la gente. Esa acción la hacíamos junto a (Ramón) Cáceres Jorquera (el otro procesado en este caso) y a otros, además de Leonardo Schneider (informante MIR), Sandra Alarma Zunino (informante MIR), Fuentes Morrison (el Wally), el Teniente Bello, el Fifo, entre otros que no recuerdo".

Respecto de las tareas de Cevallos, uno de los militares que estuvo detenido en el AGA, el mecánico de avión José Carrasco Oviedo, asegura haber visto mientras era torturado que "Cevallos accionaba el dínamo (magneto de avión), que produce corriente continua de 24 o 28 voltios".

Los dos informes que sellaron la suerte de los inculpados

Además de las innumerables declaraciones, tanto de ex uniformados detenidos e interrogados en los sótanos de la Academia de Guerra Aérea (AGA) como de los ex miembros del MIR que pasaron por ese mismo proceso, el ministro en visita Mario Carroza (en la foto) pidió dos informes que -según fuentes allegadas a la investigación- lo llevaron a acreditar que la muerte del general Alberto Bachelet se debió a los interrogatorios a los que fue sometido durante su detención.

El menos conocido fue preparado por el Departamento de Medicina Criminalísta de la PDI e incorporado al expediente a mediados de julio pasado . El documento -firmado por el comisario Patricio Díaz Ortiz- sostiene que "los custodios de Alberto Bachelet Martínez estaban en pleno conocimiento de su estado de salud, así como también la Fiscalía de Aviación y los encargados de la Academia de Guerra Aérea, quienes no tomaron los resguardos necesarios para evitar la descompensación de su enfermedad".

El comisario Díaz Ortiz también indica que "en el año 1973 ya había suficiente evidencia científica que relacionaba el estrés con infartos agudos al miocardio y arritmias en pacientes con cardiopatía coronaria" y añade que "acreditada la tortura física  y/o psicológica o el trato cruel, inhumano o degradante (…) el 11 de marzo, en dependencias de la AGA,  este hecho habría actuado como un factor de estrés, desencadenando una serie de eventos que terminarían en una falla de su sistema cardiovascular".

Más conocida es la existencia del informe documental que  preparó el Servicio Médico Legal que describe la dolencia cardíaca que sufría el general y cómo se desencadenó su muerte mientras lavaba platos en la Cárcel Pública: "La declaración de Alvaro Yáñez [médico, oficial de Sanidad Aérea] que se encontraba detenido junto al general Bachelet, refiere que este último le habría referido que el día anterior a su muerte fue sometido a una intensa sesión de interrogatorio en la AGA, con grandes apremios psicológicos y de exigencia física, haciéndolo escuchar cómo  torturaban a una mujer  a la cual debía declarar en su contra".

En el documento se concluye que "estableciéndose el estado de vulnerabilidad del general Bachelet y siendo éste conocido por agentes del Estado, otorga una obligación directa de éstos de brindar los cuidados correspondientes sobre la persona de Alberto Bachelet (…) Es por lo anterior, que existe una directa relación entre la muerte del general Bachelet y su último interrogatorio, manteniéndose como causa de muerte una descompensación de su patología cardiaca, secundaria a un estado de estrés físico y mental previo".

 Angela Jeria y el papelito escondido en el cuello de una camisa

Uno de los recuentos más pormenorizados de los meses previos a la muerte del general Bachelet lo proporcionó su viuda, Angela Jeria. La madre de la ex Presidenta Michelle Bachelet menciona que el 11 de septiembre de 1973 estudiaba Antropología y que una vez que su esposo fue detenido por segunda vez -a finales de año- ella y su hija habitualmente iban a la Cárcel Pública, donde estaba recluido, para llevarse la ropa sucia y dejar mudas limpias.

En esos trámites estaba ella cuando, el jueves 8 de marzo de 1974, encontró un mensaje que su marido le había escrito en un papelito, escondido en el cuello de una camisa: "(Ahí) traía adosado un papel, el cual había sido discretamente ubicado por Alberto, donde escribió una nota, de la cual recuerdo lo medular: 'Mugre y más mugre… tratan de involucrarme en cosas. Por favor, no creas nada de lo que te digan, no hables con nadie hasta que nos veamos nuevamente. Están intentando un ablandamiento. Nos vemos el martes".

Pero ese día nunca llegó, porque la mañana del 12 de marzo de 1974 el general Osvaldo Croquevielle le informó que no podría ir a la cárcel: Bachelet había fallecido.

General (r) Matthei: "Apesar de la amistad, no podía tener contacto con él"

Prácticamente inadvertido dentro de las muchas declaraciones que contiene el proceso, el 2 de marzo pasado la PDI le entregó al ministro Mario Carroza la declaración del ex comandante en jefe de la FACh y ex integrante de la Junta Militar, Fernando Matthei. Su declaración tenía relevancia en la medida en que él era el director de la Academia de Guerra Aérea (AGA) cuando ésta, de forma paralela, funcionaba como tribunal de guerra y entre sus detenidos tenía al general Alberto Bachelet.

En esa época el entonces coronel Matthei venía llegando de Londres -donde había sido agregado aéreo- y el general Gustavo Leigh lo asignó a la AGA. "En el tiempo en que fui director de la AGA efectivamente me enteré que el general Bachelet estaba detenido en ese recinto. A pesar de la amistad que nos unía, no podía tener contacto  con él, ya que no podía entrometerme en el trabajo que realizaba la fiscalía, pero sí en una oportunidad le   pregunté al comandante de escuadrilla Ramón Cáceres (uno de los acusados en el caso) por el estado de salud   del general. Poco tiempo después, me  enteré que había fallecido en dependencias de la Cárcel Pública ", dice en  su declaración ante la PDI.

Uno de los entonces detenidos en la AGA, Mario González Rifo, dice que a Matthei, "por lo que he escuchado, se le había visto a ciertas horas recorrer los sectores donde se encontraban los detenidos, usando zapatillas y vistiendo ropas deportivas para no ser escuchado al caminar". Esta versión es rebatida por el propio padre de la actual ministra del Trabajo, quien afirma que "no es efectivo que alguna vez haya transitado usando zapatillas por las dependencias de la AGA (…) La situación se puede deber a que en una ocasión bajé al subterráneo, lugar donde   se encontraban los detenidos, a buscar un libro a la biblioteca que yo había comprado cuando estuve en Londres y eso fue el mismo día que asumí el cargo".


La historia de Sandra Alarma Zunino, la maquilladora de la muerte

Fuente :theclinic.cl, 1 de Octubre 2014

Categoría : Prensa

Sandra Alarma Zunino es un nombre que provoca escalofríos entre sus ex compañeros de Teatro en la Universidad de Chile. Militante del MIR, delatora y finalmente agente del Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea, el destino la puso frente a sus víctimas como maquilladora en producciones publicitarias. Citada en causas judiciales y funada en Chile y el extranjero, ya no puede retocar su pasado.

Podría ser como otras historias de mujeres que se convirtieron en agentes de los servicios de inteligencia de Pinochet, es decir, militantes de izquierda como la Flaca Alejandra o Luz Arce, detenidas, torturadas, convertidas en delatoras y luego en agentes, pero que al final –en distintos grados-, colaboraron con la justicia antes de iniciar nuevas vidas. Pero esta historia es la de una mujer que nunca ocultó su identidad ni tuvo redención alguna.

Para los organismos de Derechos Humanos, la vida de Sandra Alarma Zunino se resume en el siguiente párrafo: Ex-miembro del MIR, agente de la Academia de Guerra Aérea (AGA), participó en torturas a prisioneros políticos, entre ellos un niño de 12 años. Se casó y tuvo un hijo con Cristián García Huidobro, Teniente de la FACH, apodado el “Peludo” y uno de los torturadores más crueles en el AGA. Fue responsable de la detención y desaparecimiento de varios de sus compañeros pertenecientes a la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile.

De que Sandra Alarma fue agente del Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea (SIFA), es una información confirmada por diferentes causas judiciales abiertas durante el nuevo milenio. Las víctimas la identifican como torturadora y encargada de las pelucas y el make up de los agentes; sus superiores, como encargada de labores de seguimiento y detenciones, como afirmó el entonces comandante Edgar Ceballos Jones durante el proceso por la muerte del general Bachelet.

Curiosamente, tras el fin de la dictadura vivió más de una década haciendo lo que mejor sabía hacer: maquillando. Por sus manos pasaron modelos de la Agencia Elite y varios actores de comerciales. Ninguno, eso sí, que supiera o le importara quién había sido; ninguno, tampoco, que ella advirtiera que la podía reconocer. Sandra Alarma se convirtió desde entonces en un nombre que provoca escalofríos, en un fantasma que fue ahuyentado hasta otro país.

COMPAÑERA ALARMA

Hugo Medina la conoció bien en la escuela de Teatro de la Universidad de Chile en 1972. Sentado en una oficina en la Academia de Humanismo Cristiano, donde es profesor de teatro, quedó en silencio luego de escuchar de nuevo su nombre. A su lado, Arturo Celis y Marta Vergara, colegas y compañeros en esos años, se miraron preocupados. “Uno piensa que todo pasó, pero está ahí, cerca”, reflexiona Medina.

En 1973 el experimentado actor era presidente del Centro de Alumnos de la Escuela de Teatro. Recién egresado, volvió al edificio entonces ubicado en la esquina de Fanor Velasco con la Alameda, para continuar las labores políticas del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). “Teníamos mucha fuerza en la escuela y la Facultad de Artes, le habíamos arrebatado la conducción al Partido Socialista y al Partido Comunista. Pero éramos demasiado inocentes, no teníamos ningún filtro”, advierte.

Medina ingresó a Sandra Alarma al MIR. El nuevo cuadro era apenas una estudiante veinteañera haciendo sus primeras armas en el teatro y la política. El actor la recuerda como buena para el carrete, alumna mediocre y atractiva: “No era muy cabezona, militaba como por inercia, pero como era joven y bonita, empezaron a darle pegas especializadas, lo que si hubiese seguido habría sido un error porque habría llegado más arriba. De todos modos no creo que haya trabajado en ese momento para los servicios de inteligencia”.

Quien tuvo una relación más cercana con la futura agente de la SIFA fue el actor Patricio Torres. “Éramos compañeros de curso y fuimos pareja de actuación en el grupo de trabajo que teníamos. Por eso para mí fue muy fuerte cuando me dijeron que por sus delaciones había caído uno de los grupos más importantes del MIR. No lo podía creer”, cuenta.

“No se vislumbrara que fuera una gran actriz o un gran talento, En cambio era una mujer trabajadora y responsable. Era la que nos conducía, la que nos hacía trabajar. El ser un buen cuadro político significaba ser buen estudiante también”, agrega el mentor de Teatro en CHV, quien venía de Talca y pronto encontró refugio en un edificio de la Universidad de Chile que los estudiantes de teatro se habían tomado para crear un hogar universitario.

Allí lo pilló el Golpe, durmiendo después de un carrete. Despertó, se vistió, agarró su cepillo de dientes y arrancó a la escuela de teatro, su primer encaminamiento. “No estaba Sandra, porque en realidad no había nadie, así que cerramos la puerta y nos fuimos al Hospital J.J. Aguirre. Sólo se quedó una compañera cubana, nunca más supimos de ella”. Los siguientes días el intérprete de “Peñita” en el Japenning con Ja, los pasó escondido en la población Camilo Torres con un revólver que ni siquiera funcionaba. Al final volvió a Talca.

En el hogar universitario los militares fueron recibidos con una lista de nombres. La célula de Medina se escondió en una población de Renca con dos “Matagatos” (pistolas caseras), dos escopetas y un rifle. Meses después, en la clandestinidad, cayó junto a otros 80 militantes. Dos años más tarde recuperó su libertad. Desde el día anterior al Golpe nadie vio a la compañera Alarma, aunque sabrían pronto de su suerte.

CAMBIO DE MAQUILLAJE

“Siempre me dijeron que habían infiltrados y yo creo que ella lo era”, dice Marta Vergara, quien conoció a Sandra Alarma dentro de la sala de clases. Sus palabras remiten al día 12 de septiembre de 1973, tras un llamado telefónico de una compañera de la escuela que la dejó fría: “Me dijo ‘el Igor (Cantillana) está preso, cuídate de la Sandra Alarma, que te va ir a buscar, los anda buscando a todos’”, recuerda.

Marta sigue su relato: “A los veinte minutos llegó Sandra a mi casa. Le dije lo que pasaba a mi papá, que era suboficial mayor en retiro, así que se puso el uniforme y abrió la puerta. Venía con un militar y mi papá les dijo que yo no me movía de ahí”. Marta volvería a encontrarse con Alarma en un bus dos años después, dice que ella la miró, se rió y se bajó.

Entre sus ex compañeros del MIR existían rumores. Medina cuenta que una compañera del movimiento revolucionario lo supo cuando vio un uniforme de la FACH en el armario de Alarma y ella le contó la verdad. Más tarde se hizo obvio, con la detención y desaparecimiento de varios de sus compañeros de la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile.

A pesar de las sospechas de Marta Vergara, el historial de Sandra Alarma no sugiere que haya sido una agente encubierta antes del Golpe. Según organismos de derechos humanos, luego del 11 cumplió labores de enlace de un miembro de la Comisión Política del MIR. Fue detenida en marzo de 1974, en la casa de un miembro de la Comisión Política con quien vivía.

Luego fue llevada a la Academia de Guerra de la Fuerza Aérea donde entregó todos los puntos de este militante, facilitando detenciones al por mayor. En ese lugar de detención ella permanece, según su propia declaración judicial, ocho meses sin sufrir apremios físicos. Hay diversos testimonios de ex presos políticos que agregan, que no sólo no fue torturada, sino que participó como torturadora en los maltratos inflingidos a los prisioneros.

Igor Cantillana, director de teatro exiliado en Suecia y delatado por Alarma declaró en una causa: “Fui interrogado por Sandra Alarma en la Academia de Guerra, estando vendado y esposado, pude reconocer su voz, y se reía cuando yo intentaba ignorar los nombres verdaderos y las direcciones de los compañeros de teatro como ‘Marcusse’ por ejemplo”.

En otro de los testimonios judiciales, una mujer, quien fue detenida junto a su hijo de 12 años, detalla sus labores. “Durante mi estadía en ese centro de detención permanecía vendada, salvo en algunos momentos en que podía desplazar la venda de mis ojos, lo que me permitió ver a una mujer, que participaba en los operativos de detención de otras personas. Conocía la identidad de esta mujer, pues la había visto en la Escuela de Teatro, su nombre era Sandra Alarma Zunino. Esta mujer utilizaba pelucas diversas, rubias y colorinas, así como personificaba diferentes identidades bajo la utilización del maquillaje, que utilizaba para detener, torturar y no ser identificada”.

Durante su estadía en la AGA, Alarma inició una relación sentimental con el teniente Cristián García Huidobro, apodado el «Peludo», con quien se casó y tuvo un hijo. Las declaraciones de los propios aviadores hablan del perfil de su compañero de armas. Como el general (r) Sergio Poblete Garcés, que en una causa a cargo de la jueza Raquel Lermanda, responsabiliza a García Huidobro de ser uno de los torturadores más crueles en la AGA.

EL FANTASMA REAPARECE

Para sus conocidos -muchos exiliados, otros retirados de la política y no pocos, aún traumatizados por la traición de su compañera-, el de Sandra Alarma Zunino fue un nombre que intentaron dejar en el olvido y un rostro que nadie deseó volver a ver. Pero el destino en un país pequeño e impune se encargó de que eso, al menos como posibilidad, estuviera a la vuelta de la esquina.

De hecho, durante años trabajó a la luz del día en productoras publicitarias, como la de Juan Carlos Bustamante -admirada en los ochenta por su estética fashion-, la Agencia Elite y Mega. En el mundo de las revistas de papel couché y la belleza llegó a ser muy famosa, connotada y requerida. Fue un sector donde pudo ocultarse y construir nuevas relaciones.

Amparada en esa realidad protegida, fue como una fría noche de 1991 llegó a una Spandex a hacer una producción de moda para una revista. Las fiestas producidas por Daniel Palma y Andrés Pérez estaban en su apogeo como un espacio de diversión, glamour y diversidad, un fondo ideal para una producción de moda. Sin embargo, el fundador del Gran Circo Teatro, quien egresó de la Universidad de Chile en 1972 y desafió a la dictadura con arte callejero, la reconoció.

“Era una producción con Estela Mora y varias modelos conocidas, en el Teatro Esmeralda. Andrés había autorizado todo, pero cuando se dio cuenta de quien era la maquilladora, no aguantó y le pidió que se fuera. Al final se fueron todas”, recuerda Palma.

Aunque hasta ese momento no había sido requerida por la justicia, ni nadie la había denunciado de manera formal, su pasado de delatora y agente seguía persiguiéndola. Simplemente los actores se negaban a ser maquillados por ella y rápidamente se dio cuenta que ni las pinturas ni las pelucas le servirían ya, para pasar inadvertida frente a quienes no podían olvidarla.

“Pato” Torres fue uno de los que volvió a estar cara a cara con ella. “Después de muchos años, ya saliendo de la dictadura, me la encontré. Estaba de maquilladora de comerciales y me acuerdo que no quise maquillarme con ella, me dio pavor, ni siquiera le hablé. Fue muy fuerte el pencazo, fue la única vez en que volví a verla”, recuerda.

La negativa de Coca Guazzini, otra de las actrices de su generación, a ser maquillada por Sandra Alarma, es una historia conocida. Según Hugo Medina, “le dijo esta ‘conchesumadre’ no me maquilla a mí”. Aunque la defendían en las productoras que trabajaba, se empezaron a generar escándalos. Escabullirse fue la estrategia.

Lo vivió el propio Medina un fin de semana en que llegó a filmar un spot televisivo de un betún para zapatos. “Mientras me maquillaba, la mujer empezó a alegar que el fin de semana es para descansar y me cuenta que la maquilladora oficial la llamó a última hora para reemplazarla. Le pregunto el nombre… Sandra Alarma. Se enteró la noche anterior y no fue. Tenía su sentimiento de culpa”.

En abril de 2004 finalmente la vida se puso cuesta arriba para la maquilladora. Sobrevivientes del AGA, familiares de víctimas y la Comisión FUNA realizaron una denuncia enviando correos electrónicos con su historial a los lugares en que trabajaba. La acción incluyó la amenaza de funarla presencialmente donde fuese contratada. Sandra Alarma agarró sus cosas y se marchó a Sao Paulo.

Poco se sabe del presente de la maquilladora de la SIFA desde entonces. Algunos dicen que estuvo en Francia, que vive en Nicaragua y también que la han visto en Chile. La presidenta del Sindicato del Cine (SINTECI), Margarita Marchi, cumplió con informar su negro pasado de agente de la represión y del juicio que se le sigue, a las organizaciones del área audiovisual y cinematográfica de Brasil.

“Hace mucho tiempo que le perdí la pista. Sé que tiene una hermana en Brasil, que es productora audiovisual en publicidad. Como gremio tenemos relación con el sindicato de Sao Paulo, así que les contamos y les pedimos que informaran esta situación. Sacaron un boletín, lo difundieron y le impidieron trabajar. Logramos que fuera censurada en una película”, cuenta Margarita.

Marchi, quien también es maquilladora, conoció a la ex agente antes de conocer su pasado. La recuerda como “rubia, con una cara dura y voz ronca, fumaba mucho. Una mujer oscura, poco transparente en su manera de trabajar, negociaba sola, le quitaba las pegas a otra gente. Algunas personas no sabían de su pasado y otras sí, y eran íntimos amigos igual. Era buena maquilladora”.

Desde esa experiencia, explica cómo pudo seguir trabajando en total impunidad en el medio publicitario y de la moda, terminada la dictadura. “Supo ocultarse en ambientes donde los hechos del pasado no son relevantes, además que lo hizo en un momento donde todavía no estaba la información a disposición y nadie decía qué era exactamente lo que había hecho. Los únicos que sabían no lo dijeron hasta que se abrieron los juicios por la detención y tortura de un niño de 12 años. Ese día la expulsamos del sindicato y no volvimos a verla”.


La cruda historia que inspiró el largo de egreso 2018 de Cine UDD

Fuente :comunicaciones.udd.cl, 27 de Julio 2017

Categoría : Otra Información

El mundo de la publicidad en el Chile de los años 80, es el escenario para una historia inspirada en una agente de la dictadura que trabajó como maquilladora en la industria publicitaria. Andrés Opaso, estudiante de 4to año, profundiza en la cinta que codirigirá con Fernanda Abarca.

Militante del MIR durante la UP; delatora tras el Golpe, y finalmente agente del Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea. La historia de Sandra Alarma, una estudiante de Teatro a quien el destino, años más tarde, puso frente a sus víctimas como maquilladora en producciones publicitarias, inspiró el largo de egreso 2018 de Cine UDD.

La historia fue postulada por Andrés Opaso, quien codirigirá esta cinta -aún sin título- con Fernanda Abarca, y toca de cerca la propia biografía del futuro cineasta, cuyo padre, un conocido publicista, compartió producciones con ella en esos años sin sospechar que se trataba de una agente de la dictadura.

“Se trata de una mujer muy fría que no pescaba a nadie y que todas sus relaciones sociales las establecía profesionalmente. Todos quienes la conocieron coinciden en eso”, explica Andrés, quien supo de esta historia, también, por un reportaje en The Clinic.

La película, sin embargo, no se trata sólo de este personaje, llamado Carmen en la ficción, sino también de un padre soltero y perteneciente al siloismo que consigue un trabajo en la publicidad para mantener a su hija. En ese nuevo mundo inicia una relación con la maquilladora hasta que comienzan a desaparecer sus amigos y poco a poco se da cuenta de que ella está involucrada.

“Creamos una ficción, una relación de pareja, para retratar una época: el mundo de la publicidad en los años 80 en un contexto político muy potente. En la cinta se presentan los dos mundos, el personal y el profesional. A pesar de la dureza de la época, tenías que hacer tu vida, no podías dejarte consumir por el miedo”, sostiene Opaso.

Durante este semestre el curso investigó más sobre el personaje de la maquilladora, incluyendo entrevistas a quienes la conocieron, y trabajó en las referencias para la cinta, visionando las películas “No” (2014) acerca de la campaña que ganó el Plebiscito de 1988 e “Imagen latente” (1987), sobre un fotógrafo que busca a su hermano, detenido desaparecido.

Opaso concluye que “como había mucho control creativo, no pocos cineastas se fueron a la publicidad. El único punto donde se podía tratar de realizar arte era en ese mundo más comercial. Finalmente todo el proceso de la publicidad en ese años culminó con la campaña del No”.