Poblete Fernández Gerardo

Fecha Detención :
Lugar Detención :

Fecha Asesinato : 21-10-1973
Lugar Asesinato : Iquique


Edad : 31

Actividad Política : Desconocida
Actividad : Sacerdote

Estado Civil e Hijos : Soltero
Nacionalidad : chileno


Relatos de Los Hechos

Categoría : Antecedentes del Caso

Sacerdote Salesiano, Iquique

Nació en Santiago de Chile, en 1942. era estudioso, buen lector, de doctrina segura y mas bien conservador, ajeno a todo partidismo político. Profesor titulado de Filosofía. Trataba en su asignatura, de desarrollar en los muchachos una capacidad reflexiva frente a los acontecimientos, y sus clases eran muy apreciadas. Según testimonio de Mons. Tomas González, también salesiano, quien fue su confesor y director espiritual, su muerte fue el resultado de una calumnia irreflexiva de los poderosos y de una brutalidad de irresponsables. Era una persona llena de Jesucristo. Había sido uno de los iniciadores de la Semana Santa Juvenil en Santiago, tratando de hacer vivir a los jóvenes la Pascua de Cristo en los sucesos de hoy. 

Lo acusaron de marxista por unos libros que tenia como apoyo a los programas vigentes de Filosofía y de tener armas: tres o cuatro balines que uno conserva como curiosidad, y dos linchacos que como encargado de la disciplina, había requisado a los jóvenes. Algunos se habían enfurecido contra él porque se negó a hacer partidismo político en el colegio y prohibió una huelga contra el gobierno socialista. Falleció en Iquique, a consecuencia de los malos tratos y torturas, el 21 de Octubre de 1973, a los 31 años. Lo vieron mirando con prismáticos desde la terraza del colegio y lo acusaron de espionaje.  Al poco rato de interrogarlo se les murió.

            El Departamento  de Relaciones Publicas de la Zona de Estado de Sitio de la Provincia de Tarapacá, en la edición del 25 de Octubre de 1973 del periódico “El Tarapacá”, publicó: “El Domingo 21 de Octubre de 1973 a las 17:20 horas y ante una denuncia de que existía gente en actitud sospechosa en la parte alta del Colegio Don Bosco, carabineros procedió a revisar el lugar haciendo a su vez un allanamiento al recinto. En el registro, se encontró en el dormitorio del padre, numerosa literatura marxista, armas contundentes y alguna munición, motivo por el cual se llevó detenidos Gerardo Poblete Fernández, sacerdote, y a Francisco Salgado Torres, empleado, ambos profesores de este colegio.

          Frente a la Prefectura de Carabineros y al bajar del furgón que los conducía, el P. Poblete que iba esposado, resbaló en la pisadera cayendo pesadamente al pavimento, sin consecuencias iniciales aparentes, por lo que fue conducido al interior de la comisaría donde se le mantuvo en un calabozo mientras se interrogaba a Salgado. A las 19:50 horas del mismo día se le fue a buscar al calabozo para ser interrogado, encontrándosele inconsciente. Fue conducido a la enfermería donde se comprobó su muerte”.

          El mismo diario “El Tarapacá” del 25 de Octubre de 1973, afirmó que: “Ambos detenidos se declararon de tendencia socialista, afectos al gobierno de la Unidad Popular e incluso el P. Poblete manifestó ser de ideología marxista”, información que se contradice con la anterior en el sentido que no alcanzó a ser interrogado.

          Declaraciones múltiples y verosímiles prestadas por testigos presénciales a la Comisión Rettig, permiten afirmar que el padre Gerardo Poblete no iba esposado en el furgón de carabineros en que fue trasladado y que no cayó al pavimento, al resbalar de la pisadera del mismo vehículo.  Por lo contrario, llegó al interior del recinto policial en condiciones físicas normales y allí se le insultó y golpeó de manos y con elementos contundentes por varios de sus custodios, sostenidamente, hasta darle la muerte.

          La autopsia requerida por los padres, rebeló golpes. Uno de sus verdugos, declaró mas adelante: “Al padrecito lo golpeábamos, y decía: Padre, perdónalo porque no saben lo que hacen”. Así enlodaron la memoria de un sacerdote de gran dedicación a la pastoral juvenil, acusándolo de envenenar la mente de los jóvenes. Dio la vida por Cristo y rogó por sus torturadores.

    


LA HISTORIA ESCONDIDA DEL CRIMEN DEL PADRE GERARDO POBLETE

Fuente :30 de Marzo de 2003 La Nacion

Categoría : Prensa

Ese domingo 21 de octubre de 1973, el padre Maximiano Ortúzar Cariola -director de la comunidad salesiana en Iquique- alcanzó a escuchar en la comisaría el susurro del sacerdote Gerardo Poblete Fernández, de la misma congregación: “Me están golpeando”, dijo.

El salesiano estaba esposado y revolcado. Eran cerca de las siete de la tarde. En la ciudad permanecía el general Sergio Arellano con su Caravana de la Muerte. Lo acompañaba el general Carlos Forestier, jefe de zona en Estado de Sitio y comandante de la VI División del Ejército, con asiento en Iquique. El general Augusto Pinochet había dejado esa ciudad la tarde del día anterior en dirección a Antofagasta. Allí lo enfrentó el general Joaquín Lagos para protestarle por los 56 crímenes que, horas antes, habían cometido Arellano y su comitiva en Copiapó, Antofagasta y Calama, como “oficial delegado” del propio Pinochet.

Cien kilómetros al norte, en el campo de prisioneros de Pisagua -bajo el mando superior de Forestier-, ya habían sido asesinados 11 prisioneros en falsos consejos de guerra y fugas inventadas. Ese mismo domingo 21 de octubre, Arellano y su gente habían viajado con Forestier a Pisagua en el helicóptero de la Caravana. A 40 días del golpe militar, el terror estaba instalado en Chile.

Ese mismo domingo, una hora después, el padre Poblete murió destrozado internamente por las torturas. Un reguero de sangre en un pasillo de la comisaría fue el último rastro que dejó. Ortúzar vio su sangre en el piso. Apareció el mayor de Carabineros Enzo Meniconi y le informó al superior salesiano de Iquique que Poblete había muerto. Ortúzar subió a la enfermería y lo vio tendido. “Le vi el pecho y el abdomen totalmente amoratados”, relató Ortúzar en la carta que el 19 de noviembre de 1989 le dirigió sobre el caso al provincial de los salesianos de Chile, Ricardo Ezzati.

LA PROPUESTA

Entonces Ortúzar, “queriendo salvar la honorabilidad de los carabineros jefes, que me parecían inocentes”, propuso a los oficiales de policía decir que el padre Poblete había muerto accidentalmente de un ataque al corazón, lo que obviamente fue aceptado.

Luego Ortúzar se comunicó al regimiento Carampangue con el comandante Martínez, encargado ahora de la “educación” en la provincia, y le preguntó qué debía informar sobre la muerte a los alumnos del Colegio Salesiano, a la familia del sacerdote y a sus superiores de la congregación en Santiago. El comandante habló antes con Carabineros y respondió a Ortúzar: “Diga que se murió de un ataque el corazón no más”. Así fue informado a todos por éste al día siguiente.

El miedo que sintió el padre Ortúzar fue superior al octavo mandamiento (“no mentirás ni levantarás falsos testimonios”) y venció su voto sacerdotal. Dice que por eso propuso esa mentira. “Sentí miedo de todo lo que estaba pasando, porque si me dicen ‘me están golpeando’, como me dijo el padre Poblete, pensé que querrían golpearnos a todos. No sabía qué estaba pasando”, fue su respuesta tranquila cuando lo visitamos en su casa de retiro en una dependencia salesiana de Lo Cañas, en La Florida.

 “Ese primer momento fue de angustia total para mi y no sabía qué decir. Encontraba que había habido brutalidad de los subalternos y merecían todo el castigo, pero internamente, no ante la opinión pública. La situación estaba muy tensa y ya las Brigada Ramona Parra se habían querido tomar el colegio. Me pareció que se iba a utilizar de muy mala forma y que no solamente se querría hacer justicia, sino tomar venganza y hacer un movimiento… no sé …temía algo más grave”, agregó.

 “HAY QUE ECHARLE TIERRA”

Pese a la versión de Ortúzar, al miércoles siguiente el general Forestier dictó el bando “aclaratorio” Nº5, publicado en la prensa de Iquique el jueves 24 de octubre, en que comunicó que Poblete murió por lesiones “al resbalar en la pisadera, cayendo pesadamente al pavimento” desde el furgón que ese domingo lo trasladaba esposado desde el Colegio Salesiano a la comisaría. Esa fue la versión oficial.

Junto al sacerdote, quien era profesor de filosofía titulado en la Universidad Católica, ese día fue detenido el joven seminarista Ricardo Salgado Torres, igualmente torturado en la comisaría pero sobreviviente. Era otro testigo de la brutal muerte de su amigo, el padre Poblete.

Salgado permaneció 15 días en la cárcel de Iquique, acusado de ser un peligroso marxista, al igual que Poblete. Salgado contó a La Nación Domingo que unos meses después, cuando el verano de 1974 expiraba, Ortúzar se paró una tarde enfrente suyo mientras caminaba por la costanera junto al salesiano Giavonne Cavaggione, y le dijo “te tengo buenas noticias, vengo de la casa del fiscal militar (Mario Acuña Riquelme) y llegamos a un acuerdo, se cierra el caso en contra tuya, pero hay que echarle tierra a la muerte del padre Poblete”.

 “No fui capaz de darle un puñete, pero le eché un par de garabatos”, contó el ex seminarista rememorando ese encuentro, diálogo que el padre Ortúzar negó.

Salgado afirma que poco tiempo después, el Colegio Salesiano de Iquique sirvió de punto para espiar a los habitantes, admitiéndose en él la “visita” de militares vestidos de civil que husmeaban las casas vecinas.

 “En 1974, Ortúzar y Aliaga (Ulises, sacerdote subdirector de la comunidad salesiana de Iquique) autorizaron para que usaran el colegio como mirador para vigilar a personas que les parecían sospechosas. Había agentes militares del Ejército de civil dentro del colegio que pasaban adentro días enteros. Yo me cruzaba con ellos”, acusa Salgado. “Eso es falso”, replicó el padre Ortúzar cuando le consultamos.

El seminarista Salgado estaba acongojado con el crimen de su amigo, pero más le atormentaba el alma lo que estaba descubriendo entre sus superiores de la orden salesiana

COMISIÓN PINOCHET

El director Ortúzar informó de la muerte a sus superiores a Santiago: “Llamé a Santiago, si no me equivoco me atendió el padre Tomás González, vicario inspectorial. Le dije exactamente lo que me dijo el comandante Martínez. En esos momentos no me atreví a dar una información distinta a la que me ordenó el comandante”, relató Ortúzar en la referida carta a Ricardo Ezzati, tal como lo confirmó a nuestro diario. “No podía decir otra cosa”, dijo.

No obstante, el vicario González supo pronto la verdad y viajó a Iquique. Semanas después y por gestiones de la congregación en Santiago, el 8 de diciembre de 1973 llegaba a Iquique una “comisión investigadora” del caso Poblete, enviada por Pinochet a nombre de la Junta Militar. La integraban el coronel Nehemías Vega Hernández y el capitán Jorge Acuña Ahumada.

En tanto, si bien el informe de la autopsia al cuerpo -practicada por Pedro Pulgar Melgarejo, forense del Servicio Médico Legal de Iquique- se acercó a la verdad, al informar que la causa de la muerte de Pobrete fue por “anemia aguda generalizada debido a hemorragias agudas por desgarros pulmonares originados por fracturas costales torácicas, y hemorragia aguda del hemisferio cerebral izquierdo con inundación sanguínea”, se sumó a las filas del ocultamiento al agregar que esas lesiones fueron causadas “como consecuencia de accidente casual al caerse pesadamente al pavimento desde el furgón Nº693”.

Estaba claro. La verdad sobre la muerte del padre Poblete no se sabría, de ninguna manera. La excusa de su detención y la de Salgado fue que miraban con prismáticos desde lo alto del colegio hacia el regimiento Granaderos, y que en su dormitorio se encontraron libros de marxismo y “objetos contundentes”.

UN OBISPO AGRADECIDO

El obispo de Iquique, el diocesano José del Carmen Valle (hoy fallecido), ya estaba enterado de la verdadera causa de la muerte del padre Poblete cuando la comisión investigadora llegó a Iquique.

A pesar de su versión distorsionada, el padre Ortúzar dice que ya le había contado al obispo Valle lo que realmente le sucedió al salesiano. Lo hizo “muy enojado” -según él-, por el bando del general Forestier “que habló muy mal del padre Poblete”. Por ello, cuando el 17 de diciembre de 1973 Valle le dirigió una carta a los dos enviados de Pinochet a Iquique, ya sabía todo.

Sin embargo les escribió: “Distinguidos señores, al informarme ustedes sobre la comisión que les encomendara la Honorable Junta de Gobierno, no puedo más que comprobar una vez más la rectitud y buena voluntad de nuestra autoridad nacional en conducir los asuntos de la vida ciudadana, y mantener las mejores relaciones con la Iglesia. Prueba de ello es la diligencia y seriedad con que se ha acogido y con que se quiere dar plena satisfacción a la solicitud de la Conferencia Episcopal, sobre el lamentable suceso de la muerte del padre Gerardo Poblete”.

Valle fue más allá: “Aprovecho esta oportunidad para reiterar la disposición del clero y de su obispo de esta diócesis de Iquique, para colaborar en el bien común de Chile en armonía con sus legítimos representantes (…) Por fin, ruego a ustedes presentar respetuoso saludo y sincero agradecimiento a la Honorable Junta de Gobierno, cuyo veredicto (pareciéndome interpretar también así a toda la Conferencia Episcopal) espero con tranquilidad y confianza. Atte. y SS. José del Valle Gallardo, obispo de Iquique”.EL INFORME VEGA-ACUÑA

No obstante el tenor sumiso de la carta, el bofetón que recibieron el obispo Valle, la Congregación Salesiana y la Conferencia Episcopal, fue el mismo que siempre sintieron sobre sí los familiares de las víctimas en los años duros de la dictadura.

El informe de los oficiales enviados por Pinochet estableció que “la Comisión constató con especial satisfacción el celo investigador y acuciosidad en las investigaciones” de las autoridades militares y de Carabineros.

Agregó que “de los antecedentes acumulados, no resulta legalmente probado que haya existido apremios ilegítimos o maltrato de obra de Carabineros a los dos detenidos”. Respecto del padre Poblete y del seminarista Salgado, el texto afirmó que “ambos eran de ideas izquierdistas y simpatizaban con el régimen de la Unidad Popular”. Además, mantuvo como causa de muerte “oficial” del sacerdote “las lesiones por accidente casual al caer pesadamente al pavimento desde el furgón”.

O sea, el informe ni siquiera asumió la mentira del padre Ortúzar del ataque al corazón, que igual salvaba al régimen frente a la Iglesia, sino que se mantuvo fiel a la versión que el general Forestier dio en su bando, con la complicidad del médico legista.

Claro que el informe aportó un dato desconocido que hoy resultaría interesante indagar, mencionando “el criptograma Nº 572/6423 del 6 noviembre 1973, que informa del acuerdo de la HJG sobre el procedimiento a seguir en caso de detención de sacerdotes”.

A pesar de lo ocurrido con la verdad sobre la muerte del padre Poblete, a fines de 1973 las distintas iglesias habían creado el Comité pro Paz, que sería la antesala de la Vicaría de la Solidaridad de la iglesia Católica, que comenzó a operar en 1976. En ella se realizó una importante tarea de apoyo a los familiares de las víctimas, y luego en la búsqueda de justicia en los tribunales. El salesiano cardenal Raúl Silva Henríquez sería su principal creador.

Pero el juicio por el crimen del padre Poblete no aparecía, a pesar de las evidencias. Cuando preguntamos al padre Ortúzar por qué durante 28 años la congregación salesiana nunca abrió un juicio para que se investigara la muerte del sacerdote, respondió: “Usted sabe que en ese tiempo no se podía hacer nada”. Al recordarle lo que estaba haciendo la Vicaría de la Solidaridad, dijo: “Pero es que él no estaba detenido ni desaparecido. Era un caso en que había muerto y su cuerpo fue entregado. ¿Qué más podía hacerse?”.

Sentimientos

El cuerpo del padre Poblete fue entregado en Iquique a las pocas horas de su muerte y luego de una misa en su colegio salesiano, fue trasladado a Santiago. Después de una misa en la parroquia de la Villa Macul, donde aún vive su familia, fue sepultado en el mausoleo salesiano del Cementerio Católico.

La madre del sacerdote, Julia Fernández -hoy de 84 años-, preguntó al padre Ortúzar por qué el cuerpo de su hijo estaba de costado y su cara de perfil, lo mismo que vio su hermano Alfredo. “Como si hubiesen querido ocultar algo”, comentó su hermana Edmee cuando conversamos con la familia.

 “Yo le dije (a la mamá) que durante la misa nosotros lo vimos con la cara de frente, y que en la nariz se podía observar una herida o golpe en el hueso nasal”, dijo el padre Ortúzar en la carta a su superior Ezzati.

En la casa de la familia Poblete-Fernández la pena sigue instalada, pero sobre todo es fuerte el sentimiento de abandono que dicen sentir respecto de la congregación salesiana. “El era uno de sus hermanos”, dice Edmee. Aunque con su memoria afectada por el tiempo y la edad, Julia, su madre, todavía recuerda que habló con el cardenal Raúl Silva para que se hiciera justicia en el crimen de su hijo. “Pero nunca pasó nada”, dice.

Carta del Cardenal

Edmee Poblete muestra una carta que con fecha 13 de noviembre de 2000 recibió del cardenal Francisco Javier Errázuriz. Ella le había escrito para pedirle que la Iglesia hiciera algo por su hermano. “Al menos que él dijera algo en una misa, que la Iglesia reconociera públicamente su muerte”, dijo.

En su respuesta, el cardenal le escribió: “Yo estuve fuera del país entre los años 71 y 96, por lo que desconozco muchos hechos dolorosos. Todos reconocen que después del golpe militar se produjeron actos arbitrarios imposibles de justificar (…) En un viaje a Chile escuché que lo habían apresado solamente por estar mirando los alrededores con anteojos de larga vista, y que efectivamente había encontrado la muerte al caer del vehículo que lo transportaba preso”. El cardenal le dijo que oraba por la familia.

 “Los policías fueron sólo la causa material. Más culpables que los mismos verdugos son los que ocultaron la verdad con mentiras, los que presionaron con amenazas”, dijo el salesiano obispo de Punta Arenas, Tomás González, en uno de sus testimonios publicados sobre la muerte del padre Poblete. El obispo fue su confesor y director espiritual.

Todo lo vivido en aquellos años, llevó en 1976 al seminarista Ricardo Salgado a abandonar la congregación y su opción para ordenarse sacerdote. “Con todo lo que vi se me produjo una fractura en la institucionalidad de la Iglesia, más que en la fe”, dijo.

Epílogo judicial

En enero de 2001, el superior provincial de la Congregación Salesiana, sacerdote Bernardo Bastres Florence, interpuso una querella por “crímenes de guerra, lesiones y secuestro agravado con homicidio” en la persona del padre Poblete. La querella fue patrocinada por el abogado del Fasic, Nelson Caucoto. La Nación Domingo intentó varias veces comunicarse con el padre Bastres, pero en la congregación se informó que se encontraba fuera de Chile.

En octubre de 2002, Edmee Poblete se hizo parte de esa querella, dirigida en contra del general Carlos Forestier -hoy en retiro-; del entonces prefecto de Carabineros Rubén Romero y de varios oficiales de policía que ese día estaban presentes en la Primera Comisaría de Iquique. La familia Poblete-Fernández está representada por el abogado Fernando Astudillo Becerra.

En los últimos días, el ministro instructor Daniel Calvo Flores sometió a proceso -como autores de homicidio calificado en la persona del padre Poblete- a los miembros de Carabineros, coronel (R) Gustavo San Martín Ravanal y a los suboficiales (R) Blas Barraza Quintero y Froilán Moncada Sáez. En calidad de encubridor del mismo delito procesó al coronel (R) Enzo Meniconi Lorca. Todos permanecen bajo arresto.

A las 9 horas de mañana (hoy lunes 31 de marzo), los restos del padre Gerardo Poblete serán exhumados desde el mausoleo salesiano por orden del ministro Calvo. La diligencia tiene por objeto realizar peritajes médico legales a sus restos óseos, con el fin de certificar judicialmente su verdadera causa de muerte

 


Relato de los hechos

Fuente :Informe Rettig

Categoría : Antecedentes del Caso

El 21 de octubre de 1973 fallece Gerardo POBLETE FERNANDEZ, 31 años, sacerdote salesiano, profesor de Filosofía del Colegio de la Orden en Iquique. 

                                    El Departamento de Relaciones Públicas de la Zona de Estado de Sitio de la Provincia de Tarapacá, publicó en la edición de 25 de octubre de 1973, del periódico "El Tarapacá", la siguiente información: "El domingo 21 de octubre de 1973 a las 17:20 horas y ante una denuncia de que existía gente en actitud sospechosa en la parte alta del Colegio Don Bosco, carabineros procedió a revisar el lugar haciendo a su vez un allanamiento del recinto.  En el registro se encontró en el dormitorio del padre Poblete, numerosa literatura marxista, armas contundentes y alguna munición motivo por el cual se llevó detenidos a Gerardo Poblete Fernández, sacerdote y a Ricardo Francisco Salgado Torres, empleado, ambos profesores de ese colegio.  Frente a la Prefectura de Carabineros y al bajar del furgón que los conducía el padre Poblete que iba esposado resbaló en la pisadera cayendo pesadamente al pavimento, sin consecuencias iniciales aparentes, por lo que fue conducido al interior de la Comisaría donde se le mantuvo en un calabozo mientras se interrogaba a Salgado.  A las 19:50 horas del mismo día se le fue a buscar al calabozo para ser interrogado, encontrándosele inconsciente.  Fue conducido a la enfermería donde se comprobó su muerte".

                                    El mismo diario "El Tarapacá" de 25 de Octubre de 1973 afirmó que "Ambos detenidos se declararon de tendencia socialista, afectos al gobierno de la Unidad Popular e incluso el padre Poblete manifestó ser de ideología Marxista",información que se contradice con la anterior en el sentido que no habría alcanzado a ser interrogado.

                                    Declaraciones múltiples y verosímiles prestadas por testigos presenciales ante esta Comisión, permiten afirmar que el padre Gerardo Poblete no iba esposado en el furgón de carabineros en que fue trasladado y que no cayó al pavimento, al resbalar de la pisadera del mismo vehículo.  Por el contrario, llegó al interior del Recinto policial en condiciones físicas normales y allí se le insultó y golpeó de manos y con elementos contundentes, por varios de sus custodios, sostenidamente, hasta darle muerte.

                                    Por ello, esta Comisión ha podido formarse convicción que el padre Gerardo Poblete fue víctima de violación de sus derechos humanos por parte de agentes del Estado, quienes al interior de un Recinto de reclusión lo interrogaron y torturaron hasta poner término a su vida.

  Informe Rettig      


Recibido por memoriaviva el 28-8-07

Fuente :Nicanor Herrera

Categoría : Antecedentes del Caso

 

 Leyendo la versión oficial del deceso del Padre Gerardo "Patito Feo" Poblete, quisiera aportar con algunas vivencias que me tocó ver en aquel año de 1973, cuando cursaba el 8° año básico en el establecimiento del Colegio Don Bosco de Iquique, por entonces extraordinariamente clasista.

– Era normal que todos los días rezáramos el Padre Nuestro y el Ave María, todos los cursos formados frente a un altar desde donde se dirijían los curas y profesores de entonces (Ortúzar, Aliaga, Guevara, Poblete, Mardones, Salgado, García, Szimansky, Saluzzi, Infante, Taberna, etc.) al alumnado. Al día siguiente de la muerte del cura Poblete, el director de entonces Maximiano Ortúzar en una alocusión emotiva y muy corta, comunica el sensible fallecimiento del hermano Gerardo Poblete, y recuerdo que se produjo un ohhh…!!, generalizado en ese ambiente tan raro y devastador, luego del comunicado no pudo seguir más hablando pues la emoción no lo dejó (ahora comprendo que la conciencia lo estaba matando), en eso se baja del altar y toma la palabra el cura pro-fascista del Ulises Aliaga Rojas y continúa como si allí nada hubiera pasado. Sin lugar a dudas el murmullo y los comentarios que reinaban en el patio del colegio, andaban a la orden del día.

– Siendo compañero de curso del joven Marcelo Meniconi, alrededor de una o dos semanas después de la muerte del cura Poblete, hubo una reunión de apoderados de curso 8° básico "A", del cual justamente el Profesor Jefe era el cura Ulises Aliaga Rojas. Mientras se esperaba que se diera comienzo a la reunión en cuestión, llega como apoderado el Sr. Enzo Meniconi, Prefecto de Carabineros de Iquique de ese entonces y claro encubridor de la muerte del cura Poblete. Mi madre me señala que el comentario entre los apoderados y el comidillo en esos momentos era la muerte del cura Gerardo Poblete, cuando irrumpe el Prefecto Meniconi en la sala de clases, y se produce de isofacto un silencio sepulcral, al constatar que las miradas evasivas, de impotencia y el silencio natural de la sala repleta de apoderados, el muy fresco del Prefecto Meniconi sintiendo la sensación de culpa y que la gente que allí le miraba tenía claro de que había muerto el cura Poblete, en un ataque de ira y prepotencia pueril espeta en la cara a la concurrencia malhumorado "¡¡¡…que les pasa, si nosotros no hemos matado a nadie!!!".

Yo puedo entender la cobardía de Ortúzar al no enfrentar los hechos tal cual ocurrieron, pues intimamente siempre fue un cobarde rastrero, priviligiador de su posición preferencial en esos años de inicio de la dictadura genocida, también puedo entender la posición del obispo de Iquique Alejandro Valle (del que se decía entonces que tenía una clara inclinación homosexual, derechamente maricón), pero lo que a tantos años de ocurridos los hechos no puedo entender ni soportar, es la admiración más profunda por los militares y por las fuerzas armadas de entonces, criminales, sicarios y torturadores, que tenía por devoción el imberbe de mi Profesor Jefe del Ulises Aliaga Rojas. Habiendo sabido inmediata, segura y claramente las razones por las cuales murió el cura Poblete, como es posible que pudiera legitimar en su admiración a toda esa gama de asesinos y encubridores de la muerte de un hermano, sobre todo en la fe en Cristo. Hay cosas que aún hoy, cuando estoy un par de años de cumplir 50, no logro entender. Nuestra Madre Iglesia, como pudo permitir que tipos como el tal Aliaga pudiera a lo largo de todos estos años seguir su carrera de cura, también encubridor, igual que Ortúzar. Estos idiotas pensarían que los niñitos de entonces no crecerían, que no se educarían, que no entenderían lo que pasó.

Tengo la esperanza, pues todavía vive, de algún muy cercano día encarar al cura Aliaga, y decirle en su cara lo desgraciado que fue, no solo en el tema del cura Poblete, si no que también en la muerte de varios familiares directos de la comunidad saleciana del Iquique de entonces, como fueron el asesinato del abogado Cabezas y el hermano del Profesor Taberna, ambos fusilados en Pisagua, como así mismo del sufrimiento también infinito de muchos alumnos de ese entonces, que teniamos familias torturadas, relegadas, exiliadas, muertas y de presos políticos, repartidos a lo largo de todo Chile.

Atentamente

Nicanor Herrera

 


Procesan dos ex carabineros por crimen de sacerdote

Fuente :20 de Marzo de 2003 La Nacion

Categoría : Antecedentes del Caso

 El ministro Daniel Calvo sometió a proceso a dos ex carabineros por su participación en el crimen del sacerdote Gerardo Francisco Poblete Fernández, el 21 de octubre de 1973.

El religioso fue detenido, después del golpe militar en Iquique.

Se encargo reo como autor del delito de homicidio calificado al ex coronel de carabineros Gustavo San Martín y en calidad de encubridor Enzo Meniconi.

Mientras el primero permanece detenido en dependencias de carabineros, el segundo permanecerá en su hogar debido a su edad, 73 años, y su estado de salud.

El juez Calvo dijo que el sacerdote "fue detenido sin que existiera orden judicial o motivo que lo justificare" desde el interior del colegio Don Bosco, dependiente de la Congregación Salesiana, junto al seminarista Ricardo Salgado y, ambos, llevados a una dependencia policial.

Añadió que "allí fueron interrogados usando golpes de pies, puños, culatazos y otros elementos contundentes situación que en definitiva en el caso del sacerdote Poblete Fernánez le produjeron la muerte", en tanto Salgado logró sobrevivir


Dolor por ausencia de salesianos

Fuente :1 de Abril 2003 La Nacion

Categoría : Antecedentes del Caso

Poco después de las 9 de la mañana todo estaba listo ayer en el mausoleo de la Congregación Salesiana en el Cementerio Católico, para, bajo la orden del ministro en visita Daniel Calvo, exhumar los restos del sacerdote Gerardo Poblete, muerto a golpes por Carabineros el 21 de octubre de 1973 en Iquique. La diligencia tenía por objeto realizar pericias médico legales a las osamentas para certificar judicialmente la verdadera causa de la muerte, dado que oficialmente esta fue distorsionada.

Pero no aparecía el sacerdote salesiano que se había comprometido para acompañar a la familia en un pequeño acto litúrgico. Y no llegó. El ministro Calvo tuvo que llamar por su celular al sacerdote secular Enrique Lefort, debido a que la familia del padre Poblete no quería que la dolorosa diligencia se hiciera sin esta presencia y compañía. Una media hora después, arribó el padre Lefort y el breve acto comenzó.

El abogado de la familia Poblete Fernández, Fernando Astudillo, y el ex seminarista Ricardo Salgado, quien fue amigo del padre Poblete y su compañero de detención y torturas en Iquique, lamentaron lo que calificaron como “un nuevo gesto” de abandono de la Congregación Salesiana a la familia.

Según el abogado Astudillo “hubo un compromiso para que hoy estuviera aquí el secretario de la congregación, padre Luis Peragallo, pero no llegó y la familia ha quedado muy dolida”.

“En algo podría la congregación haber purificado este acto con la familia, pero fue el ministro (Calvo) quien tuvo que llamar a otro sacerdote”, dijo Salgado.

Nuestro diario consultó ayer la razón de su ausencia al secretario de la congregación en Santiago, sacerdote Luis Peragallo. “Yo no he sido citado por ningún juez para ir al cementerio, no hay un documento, de parte mía no tengo nada que declarar”, respondió. Y cuando le dijimos que no se trataba de ser citado por el juez, sino acompañar en el dolor a la madre y hermanos del padre Poblete, que pertenecía a los salesianos, dijo “eso lo tienen que hablar con el abogado de la congregación Aldo Cavalli”.

Consultado el abogado Cavalli, este dijo “yo no tengo nada que decir”, a pesar de que el abogado Astudillo afirmó que fue con él (Cavalli) con quien se asumió el compromiso de la presencia del secretario Luis Peragallo.

Sólo asistió el encargado del mausoleo Juan Sabaj, quien no es sacerdote, con las llaves del mausoleo.

“Estas son las condiciones de miseria que también rodean a la Iglesia”, expresó el reverendo Lefort. “Te pedimos señor por la familia, para que goce del consuelo que da la justicia”, dijo Lefort en su breve prédica antes de que sacaran la urna.

A la exhumación asistió la madre del padre Poblete, Julia Fernández de 84 años, que conmovió a los presentes con su silenciosa serenidad, pero que rompió en llanto cuando volvió a tocar el féretro después de 30 años. También concurrieron sus hermanos Edmee y Alfredo Poblete y amigos.

EL PADRE ORTÚZAR

Al cementerio arribó finalmente el sacerdote salesiano Maximiano Ortúzar. Con paso firme, ya en retiro, y acompañado de personal de Investigaciones, Ortúzar llegó, citado por el juez Calvo, para reconocer las vestimentas del padre Poblete.

Ortúzar fue quien propuso en 1973 a Carabineros en Iquique, dar la versión de que el padre Poblete no murió en la tortura, sino de muerte natural por un “ataque al corazón”.

Las osamentas fueron conducidas al Servicio Médico Legal para las pericias.


DDHH: condenan a tres ex carabineros por homicidio de sacerdote salesiano

Fuente :6 de Noviembre 2007 La Nacion

Categoría : Antecedentes del Caso

El ministro Joaquín Billard condenó ayer a tres ex miembros de Carabineros por su responsabilidad en el homicidio del sacerdote salesiano Gerardo Poblete Fernández, ocurrida en Iquique el 21 de octubre de 1973.

En la resolución, el magistrado sentenció a 10 años y un día de prisión efectiva a los sargentos (R) Blas Barraza Quintero y Froilan Mondaca Saez. Ambos en calidad de autores. Mientras que al mayor (R) Enzo Meniconi Lorca le impuso una pena de tres años y un día como encubridor del delito. Este último podrá acceder al beneficio de la libertad vigilada.

El religioso fue detenido por personal de Carabineros en el Colegio Don Bosco, en Iquique, junto al seminarista Ricardo Salgado Torres. Los ex uniformados los condujeron hasta el cuartel policial donde fueron sometidos a apremios físicos que le causaron la muerte al cura.


Subió a 10 años condena a oficial (R) de Carabineros en caso Gerardo Poblete

Fuente :Viernes 27 de junio de 2008     La Nación

Categoría : Antecedentes del Caso

El ministro Iván Elgueta y el abogado integrante de la Octava Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, Carlos López, impidieron que el presidente de la sala, ministro Cornelio Villarroel, aplicara la prescripción del delito a un oficial y dos suboficiales de Carabineros de Iquique, todos en retiro, que el 21 de octubre de 1973 asesinaron en un cuartel policial al sacerdote salesiano Gerardo Poblete Fernández.

Así por dos votos a uno la sala confirmó las condenas que en octubre de 2007 el ministro Joaquín Billard aplicó a los policías.

Con la diferencia que esta nueva resolución transformó al principal culpable, el entonces comisario de la Prefectura de Iquique, Enzo Meniconi Lorca, de encubridor según Billard -aplicándole en 2007 sólo tres años de presidio- en autor de homicidio calificado. Por ello elevó su condena a diez años y un día, lo que significa cumplimiento efectivo de la pena.

Elgueta y López mantuvieron las condenas de diez años como autores del homicidio a los suboficiales Blas Barraza Quinteros y Froilán Mondaca Sáez.

Villarroel, que presidió la sala, defendió su voto absolutorio confirmando su invariable posición a favor de los militares y civiles que cometieron crímenes de lesa humanidad durante la opresión militar, como partidario de la amnistía, la prescripción, y contrario a la tesis del delito de secuestro como ilícito permanente en el caso de los detenidos desaparecidos.

El ministro Villarroel votó siempre a favor de Pinochet, cada vez que éste fue sometido en la Corte de Apelaciones al antejuicio del desafuero en las causas por las que luego fue procesado.

Resta ahora la última instancia en la Corte Suprema, que viene rebajando sustancialmente las condenas a los violadores de derechos humanos por la vía de la casación.

El caso del sacerdote Poblete produjo profundas discrepancias al interior de los salesianos, pues la congregación calló por años la verdadera causa de la muerte del sacerdote y no reivindicó la justicia para el crimen sino hasta 2001, como en marzo de 2003 lo manifestó la hermana de la víctima, Edmee Poblete.

En el ocultamiento de la verdad de la muerte del religioso participó el director de la comunidad salesiana en Iquique a 1973, Maximiano Ortúzar Cariola.

Éste admitió en el proceso y luego lo ratificó en entrevista con LND que "quise salvar el honor de los carabineros y propuse a la policía que dijera que el padre Poblete murió de un ataque al corazón". Fue lo que se informó a la familia y oficialmente a la congregación. "Lo hice porque sentí miedo" dijo Ortúzar.

Pero el general Carlos Forestier, entonces jefe de la VI División de Ejército en Iquique, mejoró la versión: "se murió por lesiones ocasionadas al caer de la pisadera del furgón de Carabineros" dijo en un bando.