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Ana Luisa Peñailillo

 


Presentación de CODEPU acerca de casos muertos por explosión no reconocidos por Comisiones de Verdad.


 

ANA LUISA PEÑAILILLO, MILITANTE DEL MIR, CON PROHIBICIÓN DE ENTRAR AL PAIS, RETORNADA CLANDESTINA, EJECUTADA POLITICA  EL 28 DE ABRIL DE 1986.



1986 CONTEXTO POLÍTICO
El año 1986 venía precedido por el auge en las movilizaciones de masas, con la Jornadas Nacionales de Protesta Popular iniciadas en 1983.
El 26 de abril de ese año, se constituye la Asamblea de la Civilidad, opositora al Gobierno militar cuyas manifestaciones serán duramente reprimidas. La oposición política había alcanzado los mayores niveles de acuerdos de unidad y acción, es la más amplia coalición social y política lograda en toda la historia de Chile. También se crea el Comité Político Privado en el que participan todos los partidos políticos de oposición, y eso no era un hecho menor.
Como sucedía todos los años durante el mes de Abril aparecen extrañas acciones contra Carabineros que celebraban su efeméride el día 27 y todos los años la Inteligencia les aguaban la fiesta, táctica similar se aplicaba contra el Servicio de Investigaciones en el mes de Junio. Era una forma de azuzarlos contra la acción de los opositores como había sucedido con los dinamitados en Concepción y en Los Ángeles.
El 28 de abril 1986, el médico de la Vicaría, Doctor Ramiro Olivares es acusado de colaborar con "terroristas". Después de un asalto a una panadería por parte del FPMR, en el cual un Carabinero y un asaltante mueren, Olivares atiende a uno de los hombres desconociendo el hecho de que había estado involucrado en el asalto. Después de presentados los cargos, Olivares fue encarcelado por ocho meses por socorrer a un herido que podía morir.
Al medio día del 28 de abril estalla una bomba en los baños del “Paseo Las Delicias”, en el Centro de Santiago. Quedan heridas cuatro mujeres.
Como todos los años se creaban las condiciones de represión para desalentar los preparativos de celebración del 1º Mayo. Este era el cuadro político represivo durante el mes de abril y en ese cuadro sucede la ejecución de Ana Luisa Peñailillo y Juan de Dios Tapia, había que demostrar a la sociedad civil que los militares no podían irse a los cuarteles porque el terrorismo estaba vivo.

LOS HECHOS.
La noticia surge cuando los voceros de la dictadura informan que una pareja de terroristas explotó al manipular explosivos en una casa de Villa Alemana, Yungay 1140, temprano en la mañana del 28 de Abril de 1986. Después de entregar nombres falsos se dan los nombres verdaderos de Ana luisa Peñailillo y Juan de Dios Tapia. Ambos Militantes del MIR, la prensa entrega versiones confusas y contradictorias. No resulta verosímil que mientras se estaba construyendo un subterráneo se estuviera contemporáneamente manipulando explosivos.

En la casa de calle Yungay vivían alrededor de 2 años la familia formada por Juan de Dios Tapia Delgado, su esposa Nancy Ávila Moreno y sus hijos Jacqueline de ocho años y Jorge de 6 años. La pareja trabajaba vendiendo tejidos de la Ligua, eran muy queridos en el vecindario, por alegres, serviciales y fraternales. Este matrimonio había desarrollado una muy estrecha amistad con Ramón Núñez Zúñiga y su señora Nieves Pérez Olguín, vecinos de al lado, en Yungay 1150. Vivían de allegados a la familia de Nieves. Eran tan amigos que Juan de Dios y Ramón formaron una banda o conjunto musical en la que participan muchos jóvenes del sector. Jugaban fútbol semanalmente en la esquina próxima a sus casas. Organizaban paseos familiares o simplemente veían televisión en casa de Juan de Dios y Nancy, porque ellos no tenían TV en la casa de al lado.

En el gallinero de la casa Juan de Dios con ayuda de un maestro del vecindario, estaba construyendo un subterráneo donde hasta el día de la explosión se guardaban herramientas del maestro, una batería de una banda de música - en la que participaba Juan de Dios - y otros enseres menores. Hasta allí fue Ana Luisa mientras se ejecutaban los trabajos.

Era el día 28 de Abril de 1986, cuando alrededor de las 9 AM llegó a la casa de la familia Tapia-Ávila, Ana Luisa Peñailillo Parra. Juan de Dios había ido a buscarla a la Estación del Ferrocarril. Como ellos no se conocían, hubo un “enlace” que los presentó. Ya en casa, tomaron desayuno y luego, juntos se dirigieron al gallinero y se supone que ambos bajaron al subterráneo cuando se produjo una explosión al interior de ese espacio subterráneo, Juan de Dios quedó atrapado en la entrada de ese subterráneo que ardía quemándolo. La familia y los vecinos trataron de sacarlos, pero no fue posible rescatarlos, el subterráneo se había derrumbado. Lo último que se escucha de ellos – cuando están llegando civiles, carabineros y otros uniformados es a Ana Luisa gritando ayuden a este hombre, sáquenlo de ahí……


Información de G. Correa

Relato de sobreviviente Nancy Ávila


Resulta extraño que apenas ocurrida la explosión de inmediato llegaron los carabineros, marinos, boinas negras, civiles armados y bomberos. Coordinadamente activan un operativo al mismo tiempo que tendían cerco alrededor de la casa, allanaban la de los vecinos-amigos preguntando a gritos donde estaba Ramón Núñez Zúñiga, acusándolo de ser el segundo de Juan de Dios. Esto es una evidencia de que estaban previamente identificados. A pesar que su esposa Nieves les dice claramente que su marido es auxiliar en el hospital Van Büren y está trabajando, allanan con gran violencia toda la casa. Detuvieron a Nancy Ávila Moreno, la esposa de Juan de Dios. Y se llevaron vivos a Juan de Dios Tapia Delgado herido y a Ana Luisa Peñailillo Parra. Posteriormente Ramón Núñez es detenido y golpeado brutalmente y en medio de golpizas lo llevaron a reconocer los cuerpos de Ana Luisa y Juan de Dios. Este vecino falleció en Abril del 2009.

Información de Nieves Pérez Olguín, viuda de Ramón Núñez, celular 922 54 104

Los voceros del Régimen informaron que ambos resultaron muertos al manipular explosivos. Sin embargo los respectivos certificados de defunción dicen en Lugar del Fallecimiento: Instituto Médico Legal de Valparaíso. Es decir, llegaron vivos a la morgue. No fueron llevados a algún Hospital, ni Clínica. Vivos llegaron a la morgue. Tampoco se les hizo autopsia.

A las contradicciones en la prensa se suman las del certificado de defunción. La hora del fallecimiento señalada es la misma de la explosión. Si se los llevaron vivos no puede ser la misma hora, pues afirma que el lugar de fallecimiento es la Morgue del Almendral. Y surge otra: ¿Por qué mueren en una morgue y no en una sala de quemados de un hospital? Es dable pensar que tenían todo previsto para que estos crímenes no tuviesen testigos.

Alfonso Peñailillo Parra, hermano de Ana Luisa fue citado a la Morgue de Valparaíso para reconocer los restos de su hermana. Además Alfonso Peñailillo me señala que los funcionarios que lo recibieron trataron de persuadirlo de firmar papeles sin ver a su hermana “porque su estado lo impresionaría de tal manera que nunca más podría dormir tranquilo” Alfonso era acompañado por dos señoras de quienes no recuerda sus nombres, pero sí sabía que eran de DD.HH. A ellas les consultó si esos funcionarios podrían impedirle que comprobara si era verdad que su hermana estaba muerta. Las señoras le dijeron que tenía derecho a exigir cumplir con la diligencia para el que había sido citado. Cuando por fin lo dejaron pasar se encontró con el cuerpo desnudo de su hermana, su piel estaba dorada, chamuscada, ninguna quemadura que hubiera destrozado total o parcialmente su cuerpo, sin heridas o perforaciones, tampoco miembros rotos, sin restos de ropa quemada o carbonizada. Su pelo no estaba quemado. Daba la impresión de que su cuerpo desnudo había sido dorado a distancia con un soplete.

Información de Alfonso Peñailillo Parra.

Ana Luisa y Juan de Dios eran militantes del MIR, hubo una explosión que dejó intacta a Ana Luisa y afectó en las extremidades a Juan de Dios. Se los llevaron vivos no se sabe dónde. El certificado de defunción dice que murieron en el Servicio Médico Legal de Valparaíso. No se les practica autopsia. Al mismo tiempo que llegan todas las fuerzas represivas recién ocurrida la explosión y allanan la casa vecina exigiendo la presencia del “otro terrorista”, Ramón Núñez como implicado en actividades subversivas. Es a lo menos sorprendente que si la explosión fue fortuita, los organismos de seguridad llegaran a gritos con nombre y dirección del vecino que frecuentaba la casa que explotó.

El 2 de Mayo de 1986, el diario La Tercera prensa del Régimen, aparecen declaraciones del Intendente Regional especificando que la carga que explotó era una carga de demolición. Una carga de demolición explota en un hoyo y no le hace ni un rasguño a Ana Luisa de quien dicen estaba dentro del subterráneo.

LA CONVICCIÓN
El examen de la suma de los hechos que conciernen a la muerte de Ana Luisa y Juan de Dios, deja en claro las coincidencias con los asesinatos por montajes realizados por la Dictadura para terminar a bombazos con “las casas de seguridad con los terroristas adentro “. Línea de exterminio contra los luchadores antidictatoriales que la Comunidad de Inteligencia de las FF.AA. chilenas seleccionó como objetivos militares a partir más ó menos del último trimestre de 1977.
Entiendo que otorgar la convicción de estos crímenes situara a la Comisión en la disyuntiva de si fueron asesinados o fue un accidente, es la misma a la que debió enfrentarse el ministro de la Corte de Apelaciones de Concepción, don Luis Rodríguez Salvo, respecto al caso de Iris Vega y Alberto Salazar, cuando culminó su investigación determinó que la muerte de las dos víctimas fue mediante la acción de un artefacto explosivo y eso «reviste las características de un homicidio», haya sido entregado o colocado allí, siempre está el hecho de que hubo participación de terceros que diseñaron y aplicaron esa política siniestra. En el caso de Ana Luisa está clara la intervención de terceros al menos en los instantes inmediatamente posteriores a la explosión porque los agentes del estado estaban como fieras al acecho, así lo confirmaron los vecinos. Ahí se cumple la línea trazada por los Jefes de los Servicios de Inteligencia y cuando el Juez en Concepción aplica sus herramientas que el derecho le otorga, no tenía testigos y aún no se conocía la existencia de los archivos desclasificados de la Inteligencia Norteamericana, ni se habían recuperado las libertades para una democracia y una Comisión Rettig. El criterio es que fue un homicidio, algún día se encontrarán a los culpables, mientras tanto eso suceda la hija de Ana Luisa requiere de reparación.

Ver Anexo. Nº 5 Archivos Desclasificados de EE.UU. , adjunto.



Ana Luisa había sido detenida el 4 de Agosto de 1979 y posteriormente condenada a 3 años y un día. Pero, salió antes. La presión de la solidaridad internacional obligó a la dictadura a dejarla ir. Desarrolla trabajo por Chile en Europa y luego va a Cuba por tratamiento médico. Se prepara para retornar. No se sabe la fecha de su retorno clandestino.
Ver Anexo. Nº 6 Certificado FASIC

Ana Luisa fue una mujer brillante, culta, apasionada, eficiente, crítica y fraternal que ejerció su carisma de líder integral desde muy temprana edad. La abogada del FASIC, Verónica Reyna, recuerda conversaciones con Ana Luisa, siendo ésta prisionera política recluida en el COF de Santiago. El tema recurrente era la maternidad, su rol como madre y su hija Vania. Ana Luisa vivió el dolor de la contradicción de sentir que ella está aportando a la construcción de un mundo mejor para todos los hijos y todas las hijas y no poder disfrutar de cuidar ella personalmente a Vania, su propia hija.





Néstor Salgado Cisternas

Esta Informacion fue enviada por Colectivo de familiares y amigos de muertos por Explosión -  COFAMEJEX

24-5-11

 

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