Painemun Puel Luz Marina

Fecha Detención :
Lugar Detención :

Fecha Asesinato : 27-03-1984
Lugar Asesinato :


Edad : 15 días de vida

Actividad Política : Desconocida
Actividad :

Estado Civil e Hijos :
Nacionalidad : chilena


Relatos de Los Hechos

Fuente :Informe Rettig            

Categoría : Antecedentes del Caso

El 27 de marzo de l984 murieron once personas en hechos vinculados a la Octava Jornada de Protesta Nacional:

Luz Marina PAINEMAN PUEL, de 15 días de vida, falleció a causa de "asfixia por aspiración de contenido gástrico alimentario".  Los antecedentes conocidos por la Comisión dan cuenta de que el hecho fue provocado por la inhalación de gas lacrimógeno, utilizado en las cercanías del hogar de la menor.  Dado que el uso de gases lacrimógenos es un medio normalmente legítimo de control del orden público, y que no se determinó que en esta ocasión se hiciera un uso indebido del mismo, a esta Comisión le asiste la convicción que Luz Marina PAINEMAN cayó víctima de la violencia política existente durante las manifestaciones de ese día.

 

 


Poema de Maria Jose Ferrada a la memoria de Luz Marina Paineman Puel

Fuente :Libro: “Niños”, 2018

Categoría : Otra Información

Luz

Cuando crezca será coleccionista de sonidos

Las hojas y el viento

Los pasos de su papá al subir la escalera

El nacimiento de los brotes en los maceteros

El canto con el que la abuela la hace dormir

La guardara en una caja de fósforos

Así podrá tenerlos siempre en el bolsillo

y sacarlos cada vez que los quiera escuchar


“Niños” de María José Ferrada: con la infancia en la memoria

Fuente :elmostrador, 23 de Marzo 2023

Categoría : Prensa

Solo palabras poéticas que manifiestan con ternura y audacia el dolor por las vidas interrumpidas y las esperanzas diluidas en una primavera que no fue para esos niños. No hay opiniones, ni discursos. No hay descalificaciones: solo la sutil explicación que un día de septiembre, cuando faltaba poco para la primavera, las balas cayeron sobre esos cuerpos que en el último suspiro vieron que una noche se cernía sobre su futuro y el de sus padres y madres. Y hermanos. Y otros miles que desolados y aplastados por el miedo prefirieron ser silentes testigos de tantos años duros que aún siguen presentes en la memoria.

En la dictadura chilena la represión cayó con dureza sobre la población. Personas desaparecidas, ejecutadas, encarceladas, exiliadas, amenazadas, atemorizadas. Esa represión incluyó a menores de edad, aunque eso se ha difundido menos. Este libro es un recuerdo, una denuncia y un homenaje a 34 niños y niñas ejecutados o detenidos desaparecidos.

En una bien cuidada edición, la escritora María José Ferrada nos presenta una delicada prosa poética por cada niño o niña, pensando en ellos, revelando el esfuerzo que hizo por conocer y penetrar en la esencia de cada uno de ellos, de tan pocos años o meses de vida, expresando de modo singular lo que cada niño y niña fue, aspiró, soñó, quiso, hizo.

En la página 28 aparece Alejandra, ejecutada al mes de vida: “Por primera vez la verá llegar. Su madre la hace dormir con una canción en la que le cuenta que vendrán las flores. Una canción de cuna que dice que vendrán los pájaros y que el sol será un pequeño abrigo. Por primera vez, la primavera.”

Gabriel, ejecutado a los tres años, irrumpe en la página 40: “Le gusta imaginar que las estrellas son agujeros en el cielo. Que cuando el sol se esconde, la Tierra queda cubierta por un abrigo negro. Es tan antiguo que tiene agujeros; por eso la luz.”

Cada uno de estos 34 textos va ilustrado por la artista venezolana María Elena Valdez, que con delicadeza va expresando no sólo lo que escribe Ferrada, sino lo que ella siente de esa existencia truncada por la violencia institucionalizada.

Solo palabras poéticas que manifiestan con ternura y audacia el dolor por las vidas interrumpidas y las esperanzas diluidas en una primavera que no fue para esos niños. No hay opiniones, ni discursos. No hay descalificaciones: solo la sutil explicación que un día de septiembre, cuando faltaba poco para la primavera, las balas cayeron sobre esos cuerpos que en el último suspiro vieron que una noche se cernía sobre su futuro y el de sus padres y madres. Y hermanos. Y otros miles que desolados y aplastados por el miedo prefirieron ser silentes testigos de tantos años duros que aún siguen presentes en la memoria.

El libro es emocionante. Una gran idea, un testimonio gigantesco. Como para tenerlo sobre la mesa cada día y que todos, particularmente otros niños, puedan conocerlo. ¡Para que nunca más!

por Jaime Hales