Neira Salas Máximo Segundo

Fecha Detención :
Lugar Detención :

Fecha Asesinato : 11-10-1973
Lugar Asesinato : Talcahuano


Edad : 34

Actividad Política : Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR)
Actividad : Empleado

Estado Civil e Hijos :
Nacionalidad : chileno


Relatos de Los Hechos

Fuente :Informe Rettig

Categoría : Antecedentes del Caso

NEIRA SALAS Maximo Segundo

El 11 de octubre, en el Destacamento de Infantería de Marina «Fuerte Borgoño de Talcahuano», fueron fusilados sin que se les sometiera a proceso:

– Hugo del Rosario CANDIA NUÑEZ, l9 años, empleado de SIGDO KOOPERS y;

– Máximo Segundo NEIRA SALAS, 34 años, empleado de SIGDO KOOPERS, dirigente sindical y militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).

Ambos fueron detenidos en su lugar de trabajo por efectivos de la Armada, quienes procedieron a trasladarlos al «Fuerte Borgoño» donde fueron fusilados .

Sus cuerpos fueron entregados a los familiares en urnas selladas, impidiéndoseles efectuar el reconocimiento correspondiente.

La Comisión se formó la convicción que la muerte de Hugo Candia y Máximo Neira constituyen violación a los derechos humanos de responsabilidad del Estado, por tratarse de ejecuciones al márgen de todo proceso legal.
 


Informe pericial confirmó asesinato de dirigente sindical detenido tras el golpe militar

Fuente :Tribuna del Bío Bío, 29 de Mayo 2010

Categoría : Prensa

Casi 37 años debieron transcurrir para que finalmente los restos de Hugo Candia Nuñez, dirigente del Sindicato de Trabajadores de la empresa Sigdo Kopper, ejecutado político el 11 de octubre de 1973, pudieran ser enterrados en su sepultura definitiva. La ceremonia respectiva se realizó este domingo 30 de mayo, en la comuna de Hualqui, región del Bío Bío.

Hugo Candia, conocido como “Chayo” y su camarada Máximo Neira Salas, director y presidente del sindicato de Trabajadores de la empresa Sigdo Kopper, y militantes del MIR en el Cordón Industrial de Talcahuano, fueron detenidos tras el golpe militar del 11 de septiembre de 1973.

De lo ocurrido, supo su hermana Haydée, a fines de septiembre de ese año, cuando hasta su casa ubicada en Denavi Sur, en Talcahuano, llegó Néstor Ramírez Robles, quien se identificó como conscripto del Destacamento de Infantería de Marina, D.I.M., Aldea N’ 3 de Talcahuano, quien le informó que su hermano y Máximo Neira estaban detenidos en el Fuerte Borgoño en Talcahuano. Incluso le entregó una nota escrita por su hermano y un pañuelo ensangrentado, indicándole que Hugo Candia estaba siendo torturado.

Según lo que se ha podido a través de la investigación respectiva, la detención de ambos dirigentes fue practicada por el Servicio de Inteligencia de la Armada, Ancla Dos, de la Base Naval de Talcahuano, dirigido en aquella época por el Capitán de Corbeta Ari Acuña Figueroa. Dicho organismo, relata el abogado querellante Nelson González “había introducido agentes encubiertos en las organizaciones sindicales y sociales de Talcahuano, desde principios de 1973, lo que les posibilitó la detención de la mayoría de los dirigentes de la zona industrial de ese puerto en las primeras horas del golpe de estado, según consta en los procesos judiciales incoados por estos sucesos en contra de aquellos criminales”.

Candia y Neira permanecieron recluidos en el Fuerte Borgoño de la Base Naval, en las instalaciones del Destacamento de Infantería de Marina (DIM) Nº 3, Sargento Aldea, que estaba al mando del capitán de fragata Fernando Carrasco Herrera. “Específicamente los tenían en un recinto denominado "la Ciudadela", en donde fueron torturados salvajemente junto a un sinnúmero de otros presos políticos partidarios del depuesto Presidente Allende, para ser finalmente ejecutados ilegalmente el 11 de octubre de aquel mismo año, sin proceso judicial alguno ni derecho a defensa legal y publicitados destacadamente por la prensa local”.

Los cadáveres de Hugo Candia y Máximo Neira fueron entregados a sus familiares por el Jefe del Estado Mayor de la Base Naval de Talcahuano, capitán de fragata Víctor Hugo Henríquez Garat, en ataúdes rústicos fabricadas en los talleres del Departamento de Bienestar de la Armada, sin ninguna identificación y con la prohibición expresa de abrir dichos féretros.

Incluso, relata el abogado González, “una patrulla naval acompañó los restos mortales hasta el cementerio de Hualqui, en donde bajo su vigilancia fueron inhumados, permaneciendo las familias de ambas víctimas en la incertidumbre respecto de su identidad”.

Exhumación 34 años después

Recién el 26 de julio de 2007 y por instrucciones del ministro para causas de derechos humanos, Carlos Aldana, los restos de Hugo Candia fueron exhumados desde el cementerio de Hualqui.

Se buscaba con esta diligencia, realizar nuevas pericias a las osamentas para determinar la causa de muerte, pues los testimonios y versiones oficiales recogidas respecto del hecho, apuntaban a que Hugo Candia resultó muerto al intentar escapar.

Pero el cuerpo presentaba evidentes señales de tortura, pues aunque les entregaron la urna sellada, los familiares igual la abrieron y pudieron ver con horror que el cráneo estaba destrozado y que al cuerpo le faltaba un pie.

Luego de la exhumación, el ministro Aldana solicitó diversas pericias a los restos y otros elementos, resultado que recién le fue remitido el 25 de febrero de 2010.

De acuerdo a lo indicado en el informe, el certificado de defunción de Hugo Candia indica como causa de muerte “estallido parcial de la bóveda craneana izquierda, herida a bala transfixiante submentoneana y supra glótica”.

En el informe se indica que con un 99,995 por ciento de probabilidad los restos corresponden a Hugo Candia Nuñez.

En las conclusiones se señala que como lesiones correspondientes a la muerte “se observaron fracturas craneales, mandibulares y costales, que no presentan signos de reparación y que a excepción de la fractura costal, son lesiones traumática incompatibles con la vida y compatibles con trauma provocado por proyectil de arma de fuego”.

En consecuencia y basado en los antecedentes analizados, el informe concluye que la muerte de Hugo Candia se “produjo como consecuencia directa y proporcionada de las heridas por arma de fuego, siendo la causa del fallecimiento un shock traumático correspondiente a una muerte de etiología médico legal, violenta homicida”.

El documento es firmado por Rodrigo Retamal, antropólogo físico; Alejandra Didier, arqueóloga y Alejandro Jiménez, odontóloga forense.

Con la causa de muerte aclarada, la parte querellante solicitará el procesamiento de quienes resulten responsables de este homicidio, algunos de los cuales están claramente identificados.

Este sábado 29, el Servicio Médico Legal entregó los restos de Hugo a su hermana Haydee, los que fueron sepultados definitivamente esta vez, en el cementerio de Hualqui, en una ceremonia a la que asistieron familiares, amigos y compañeros de militancia de este joven dirigente sindical (tenía apenas 21 años cuando fue asesinado) que fue ejecutado tras el golpe militar de 1973.