Bascuñán Aravena Manuel Eduardo


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Fecha Detención : 24-09-1973
Lugar Detención : Parral


Fecha Nacimiento : 04-12-1949 Edad : 23

Lugar Nacimiento : Constitución

Actividad Política : Partido Socialista (PS)
Actividad : Estudiante de Liceo

Estado Civil e Hijos : Soltero
Nacionalidad : chilena


Relatos de Los Hechos

Fuente :(Informe corporación)

Categoría : Antecedentes del Caso

Manuel Eduardo Bascuñán Aravena, soltero, estudiante del Liceo de hombres de Parral, militante del Partido Socialista, fue detenido el 24 de septiembre de 1973, a las 10:30 horas, en la calle Matucana entre Igualdad y Arturo Prat. La aprehensión la efectuaron Carabineros de la localidad de Parral, quienes lo trasladaron posteriormente a la Cárcel Pública de ese lugar, desde donde es sacado el 23 de octubre de 1973, junto a otros detenidos. Desde esa fecha se ignora su paradero.
Su padre, Manuel Bascuñán Jerez, en declaración jurada, que se encuentra incorporada en el proceso, declara: "Mi hijo fue detenido el 24 de septiembre de 1973, por efectivos de Carabineros en Matucana, entre Igualdad y Arturo Prat, aproximadamente a las 10:30 horas. Posteriormente fue conducido al Cuartel de Carabineros de Parral y luego a la Cárcel de esta localidad. Al día siguiente me dirigí al Cuartel y le llevé ropas, pero no lo pude ver, esto fue en dos oportunidades… Con fecha 26 de octubre me dirigí a la Cárcel de Parral a consultar por mi hijo, ya que por información de una persona que estuvo detenido junto a él supe que necesitaba ropa para cambiarse, en circunstancias que el día anterior le había llevado. Conversé con un funcionario de prisiones y éste me dijo que lo habían sacado y lo llevaron hacia Carabineros". "Al preguntar en Carabineros, me informó el Sargento Luis Hidalgo que mi hijo había sido dado en libertad, y me mostró al efecto una lista en la que aparecía mi hijo, como dado en libertad, pero ocurre que no llegó más a la casa hasta la fecha". El afectado había sido empleado de una de las oficinas del Partido Comunista en Parral.
Su padre efectuó gestiones ante diferentes autoridades y concurrió a la Escuela de Artillería de Linares, Cárcel de esa localidad, cárceles de Concepción y Talcahuano, recibiendo en todas partes información negativa respecto de su paradero.
Su detención, permanencia en la Cárcel de Parral y posterior entrega se encuentra acreditada en la investigación judicial y declaraciones extrajudiciales.
Es así como Marcelino Escanilla Escobar, hermano de otro detenido que desaparece en las mismas circunstancias, Claudio Escanilla Escobar, declara al respecto: "El día 22 de octubre le dieron la libertad a Romero, Bustos, González, a mi hermano Claudio, a Peñailillo, Bascuñán, Torres, Díaz "El Brasilero". De estos el único que está en Parral es González, del resto todos están desaparecidos. Mi madre Julia Escobar que iba todos los días a la Cárcel hasta última hora y se quedaba mirando entre los árboles, vio cuando los sacaron de la cárcel y siguió el vehículo corriendo hasta la Comisaría, el único que salió por la puerta fue González". Por su parte el ex detenido Juan Fuentes Gatica, en declaración jurada manifiesta que mientras permaneció detenido en la Cárcel de Parral y luego de ser incomunicado el 22 de septiembre de 1973 supo a través de otros reclusos que unos detenidos, fueron sacados de la Cárcel por patrullas Militares y de Carabineros, desconociéndose hasta el día de hoy sus paraderos. "Estando incomunicado, no recuerdo el día exacto, pude ver desde un orificio de mi celda cuando personal de Carabineros procedía a sacar desde la cárcel a todo un grupo de detenidos entre los que se encontraba Manuel Bascuñán Aravena, con quien había sido compañero de colegio".
La versión de su salida de la Cárcel de Parral se encuentra reafirmada por la respuesta del Alcaide del Presidio de Parral, Hernán Castillo C., quien informó al juez instructor de la causa que "Manuel Eduardo Aravena ingresó a este presidio el 26 de septiembre de 1973, por orden del Sr. Gobernador Departamental y egresó el 23 de octubre de 1973, por haber sido entregado a la Gobernación de esta ciudad". La Gobernación de Linares negó tener antecedentes.
Por su parte, Carabineros de la 3a. Comisaría de Parral argumentó no poder informar, debido a que la documentación de la época se encontraba incinerada.
En su declaración, el Suboficial de Carabineros Luis Alberto Hidalgo, quien a la fecha de los hechos se desempeñaba como Sargento Segundo en la 3a. Comisaría de Parral afirmó "que en esa época se detuvieron bastantes personas a raíz del pronunciamiento militar, ya sea por asuntos políticos o delitos comunes pero en estas detenciones no tuve participación alguna sino era misión exclusiva de los militares. Yo me desempeñaba como guardia del cuartel y tenía que ver con todas las personas que permanecían detenidas en dicho destacamento y me parece que existía una lista donde éstas aparecían registradas".
Finalmente según se consigna en el informe final de la Comisión Verdad y Reconciliación: "7 personas registran salida de la Cárcel Pública de Parral el día 23 de octubre de 1973, desde donde son llevadas por una patrulla de Carabineros para declarar en la Fiscalía Militar, por orden del Gobernador Departamental de Parral, según se acreditó por diversos medios ante esta Comisión. Revisado el libro de novedades de la Cárcel de Parral, por esta Comisión, pudo constatar que en él se expresa que el día 23 de octubre de 1973 "por orden del señor Gobernador Departamental…, se pone en libertad a los siguientes detenidos: José Bustos Fuentes, Claudio Escanilla Escobar, Rafael Díaz Meza, Irineo Méndez Hernández, Manuel Bascuñán Aravena, Roberto Romero Muñoz y Oscar Abdón Retamal Pérez" … "Lo antes expresado, la reiterada ocurrencia en la región de este procedimiento y sus militancias políticas, hacen inverosímil que se les hubiera dejado en libertad".
A pesar de las indagaciones hechas por sus familiares para ubicar su paradero, hasta la fecha se ignora la suerte corrida por Manuel Eduardo Bascuñán Aravena. 

GESTIONES JUDICIALES Y/O ADMINISTRATIVAS
En marzo de 1979 un grupo de Obispos chilenos efectuaron una presentación al Presidente de la Corte Suprema y al Ministro del Interior, dando cuenta de casos de Detenidos desaparecidos conocidos por la Iglesia Católica a nivel nacional. El pleno de la Corte Suprema acogió la presentación y remitió con fecha 21 de marzo de 1979 a la Corte de Apelaciones de Chillán los antecedentes a fin de que se instruyera sumario por el desaparecimiento de 11 personas, entre las que se encontraba la víctima.
Cumpliendo la resolución de la Corte Suprema, la Corte de Apelaciones de Chillán remitió los antecedentes al Juzgado de Letras de Parral, el cual instruyó sumario con fecha 5 de abril de 1979. Este proceso roló con el N33453.
En el inicio de la investigación se citó a declarar al denunciante, Manuel Bascuñán Jerez, padre del afectado, quien entregó al Tribunal toda la información que poseía respecto al caso de su hijo.
Prosiguiendo la investigación, en el mismo mes, se ordenó oficios a Carabineros de Parral a fin de que informaran sobre su detención, posterior libertad y la ubicación del Sargento Luis Hidalgo a fin de disponer su citación. Además se ofició a la Cárcel Pública de Parral y se dio orden de investigar a la Policía Civil de Investigaciones.
La policía de Investigaciones en sus indagaciones constató que Manuel Bascuñán se encontraba registrado en la Cárcel de Parral ingresando el 26 de septiembre y trasladado el 23 de octubre de 1973 por orden de la Gobernación local, e informó que la Comisaría de Parral no contaba con libros de registros de detenidos de la época por haber sido incinerados.
Por su parte, el Alcaide del Presidio de Parral informó en los mismos términos respecto al ingreso y egreso del detenido y la 3a. Comisaría de Parral informó no poseer documentación por haber sido incinerada.
En el mes de mayo de 1979, el juez ofició a la Gobernación Provincial de Linares para que informe respecto a la entrega del detenido y se citó a través de la 4a. Comisaría de Cauquenes al carabinero Hidalgo mediante exhorto al Juzgado de Cauquenes.
Al mes siguiente se reiteraron los oficios a la Gobernación de Linares y Juzgado del Crimen de Cauquenes ante la ausencia de respuesta, reiterándoselos nuevamente en el mes de julio del mismo año.
Finalmente, el 13 de julio declaró el Suboficial de Carabineros Luis Alberto Hidalgo, expresando que no recordaba la detención de la víctima, como tampoco el haberle exhibido al padre una nómina de detenidos dejados en libertad.
En agosto de 1979, después de varias reiteraciones de oficios por parte del Tribunal, la Gobernación Provincial de Linares ésta respondió "que revisada la documentación existente proveniente de la ex Gobernación Departamental de Parral, no existe ningún antecedente relativo a la persona señalada".
El 21 de agosto de 1979 luego de 4 meses de investigación, el juez sumariante cerró el sumario y sobreseyó temporalmente la causa, resolución que fue confirmada por la Corte de Apelaciones de Chillán con fecha 30 de agosto del mismo año.


EL ORGULLO DE SER PARRALINO.(libro)

Fuente :ruil.cl 30/08/2021

Categoría : Otra Información

Al Callín lo mandaron a comprar levadura y nunca más volvió. Su madre lo esperó en la puerta hasta que murió. Ella decía: «¿Pero cómo?, si fue a comprar no más, ¿cómo se va a demorar tanto», y se sentaba en el portal de su puerta a esperarlo.

El Callín siempre fue un niño inquieto, le gustaba andar con los más grandes. Se juntaban en la plaza de la esquina, hacían rayados a favor de Allende, o tiraba panfletos. A sus dieciséis años creía en la revolución. Su familia, ocho o nueve hermanos, hijos de campesinos, nunca se metieron en política, pero el Callín sí. Trabajaba lustrando zapatos en la plaza de Armas de Parral, donde todavía se pueden ver los puestos de lustrabotas, aunque todos ellos desaparecieron.

Claudio Jesús Escanilla Escobar era su nombre, pero todos en Parral le llamaban El Callín. El 13 de septiembre fue detenido por una patrulla militar. Iba junto a Nelson León y a Emiliano Mena, pero a ellos lo dejarían libre días después. A la señora Julia, su madre, los lustrines de la plaza le contaron que los militares y el sargento de carabineros Luis Hidalgo lo habían detenido, y que, al parecer, estaba preso en la Comisaría de Parral. Y efectivamente, el 14 de septiembre lo trasladaron a la cárcel, donde la señora Julia sólo pudo dejarle ropa y comida ya que nunca le permitieron verlo.

Junto al Callín fueron detenidos treinta y tres personas más, la mayoría de ellos jóvenes que no pasaban los veintidós años. Hijos de obreros, campesinos, gente pobre que, por una u otra razón, fueron detenidos, llevados a la Comisaría de Parral y que luego nunca más se supo de ellos. Ya desde esa época rondaba la idea que los habían llevados a la Colonia Dignidad, el enclave alemán que operó con total impunidad durante décadas en Chile y dirigida por el ex miembro de las juventudes hitlerianas Paul Shäffer.

El primero en ser detenido fue Luis Evangelista Aguayo Fernández, de veinte años; le siguió Hugo Enrique Soto Campos, de dieciocho años y estudiante secundario. También fue detenido Aurelio Clodomiro Peñailillo Sepúlveda, de treinta y dos años, y jubilado por invalidez. También Oscar Eladio Saldías Daza, de veinte años, proveniente de una familia de escasos recursos, quien trabajaba para cuidar a su madre y una sobrina de cinco años que estaban criando. También Enrique Ángel Carreño González, el único estudiante universitario, quien fue dejado  en libertad y luego arrestado para no saberse nunca más de él. También José Ignacio Bustos Fuentes, de cincuenta y dos años, un campesino que vivía con su madre, quien recorrió los cuarteles militares de Linares y Talca, pero nunca nadie más lo vio. También Rafael Alonso Díaz Meza, de veintitrés años; Irineo Alberto Méndez Hernández, de veintidós; Manuel Eduardo Bascuñán Aravena, de veintitrés; Óscar Abdón Retamal Pérez, de diecinueve y estudiante; Roberto del Carmen Romero Muñoz, de veintitrés años y obrero agrícola.

En octubre desaparecieron las siguientes personas: Armando Edelmiro Morales Morales, de diecinueve años y estudiante secundario. Luis Enrique Rivera Cofré, de veintiún años, padre del niño de nueve meses Vladimir Rivera Órdenes y de un hijo en camino que también llamarían Luis.  También desaparecieron Víctor Julio Vivanco Vásquez, de diecinueve años; y José Hernán Riveros Chávez de veintitrés. En Catillo, comunidad cerca de Parral, fueron detenidos Miguel Rojas Rojas y Gilberto Rojas Vásquez, padre e hijo. También Ruperto Oriol Torres Aravena, de cincuenta y ocho años, campesino y padre de tres hijos que quedaron huérfanos. También Ramiro Romero González, de veintiocho años, campesino, casado, dos hijos. Y Alfredo Durán Durán, de cuarenta y ocho años, quien trabajaba en el Registro Civil.

Los últimos casos de detenidos desaparecidos en Parral corresponden a 1974, más una mujer asesinada, Bella Aurora Sepúlveda Valenzuela. Se trató de doce hombres, ocho de los cuales estaban ligados a un singular hecho represivo conocido como el caso de «El Águila». Entre ellos, Aroldo Vivían Laurie Luengo y Hernán Sarmiento Sabater.

Los últimos detenidos fueron José Luis Morales Ruiz de veintiún años, artesano, quien tenía dos hijos, y Juan Francisco Ponce González, de quien no se tiene ningún registro y ni siquiera aparece en el Informe Rettig.

En la mayoría de los detenidos, salvo los involucrados en el caso de «El Águila», aparece el nombre de Luis Hidalgo, un amable señor que hasta el día de su muerte, se paseaba por el centro de Parral con total impunidad. Nunca nadie lo enfrentó, por miedo claro está. No fue condenado, no pisó la cárcel, no se arrepintió y lo más probable es que para muchos sea una de las figuras más destacadas de Parral.

Cuando le pregunté a la señora Julia que por qué salía todos los días a sentarse fuera de su casa, me respondió: «Por si aparece el Callín, sepa que esta es su casa». Nunca nadie pudo levantarla de ahí hasta que murió, esperando al hijo que ese fatídico día salió a comprar levadura.

Libro: En el pueblo hay una casa pequeña y oscura.
Autor: Vladimir Rivera Órdenes (Parral, 1973) es guionista, narrador y profesor.
Cronica: El orgullo de ser parralino.