Cárcel de Osorno

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Ubicación:Justo Geisse 998-958, Osorno Osorno X Región

Rama:Gendarmería

Geolocalización: Google Maps Link


Descripción General

Categoría : Otra Información

La mayoría de los detenidos políticos en la Carcel de Osorno estuvo entre 1973 y 1975. Era un edificio antiguo de dos pisos. La humedad y el frío eran permanentes. Los detenidos en los primeros años provenían de distintos sectores urbanos y rurales de la provincia de Osorno. Previamente habían pasado por ComisaríasRetenesCuartel de Investigaciones o por el Regimiento de Ingenieros Nº 4”Arauco” de Osorno. Ingresaban en muy malas condiciones físicas, ya que en todos los lugares por los que habían pasado fueron maltratados y torturados.

En los primeros años los prisioneros fueron traslados en numerosas ocasiones hasta la Fiscalía Militar, ubicada en el Hospital base de Osorno, para ser sometidos a interrogatorios y torturas.

En la década de 1980 los detenidos provenían principalmente de recintos de la Policía de Investigaciones. Luego de su ingreso al penal eran incomunicados, a veces por períodos prolongados. Frecuentemente sus celdas eran allanadas y sus enseres destruidos. Los ex presos políticos señalaron que fueron obligados a salir de sus celdas en horas de la madrugada, los llevaban a la cancha de fútbol del penal, donde recibían golpes y culatazos. Allí eran obligados a permanecer tendidos en el suelo, pisoteados y bajo amenazas de fusilamiento.

 

Fuentes de Información Consultadas: Informe Rettig; CODEPU; Informe Valech; Archivo Memoriaviva; 


1987 Luis Ligorio Cárcamo Gómez

Fuente :Libro: "Un viaje a los sótanos de la dictadura", 11 de Noviembre 2015,

Categoría : Otra Información

Luis Ligorio Cárcamo Gómez era padre de dos hijas (8 y 9 años de edad) y militaba en el MIR, vivían en calle Las Araucaria Nº 21 población Carlos Follert en el sector Francke. Sus tareas clandestinas las realizaba en las organizaciones sociales, puesto que era muy conocido y Marisa Leviguán Díaz, su esposa, recuerda que “siempre andaba reclutando compañeros”.

Luis Ligorio era pintor y trabajaba en la construcción para el Golpe de Estado. Marisa no recuerda qué trabajo político hacía para esa fecha, sólo recuerda haberlo conocido en 1975, cuando tenía 16 años, “lo conocí cuando estaba detenido con mi hermano Blas Leviguán, se encontraron en la cárcel de Osorno. Fue detenido por asociación ilícita -lee Marisa en el fallo del Consejo de Guerra- porque habían formado un ‘grupo de alcances políticos prohibidos’ encontrándose en su poder elementos cortantes y punzantes”. En esa ocasión fueron detenidos René Llanquilef, Pedro Troncoso y Luis Ligorio.

Los instrumentos corto punzantes eran herramientas de trabajo y algunos materiales que usaba a diario. La familia de Luis Ligorio había vivido la violencia el Golpe de Estado con toda la intensidad que las Fuerzas Armadas aplicaban en las ciudades pequeñas. Los dos hermanos mayores de Luis Ligorio, fueron asesinados, Edgar fue ejecutado en Bahía Mansa y Marcelino desapareció cuando llevaba alimentos a su hermano Edgardo que se encontraba escondido en Bahía Mansa, ambos eran militantes del Partido Socialista. “A Marcelino lo bajaron militares del bus que lo conducía a Bahía Mansa, llevaba algunas cosas para que su hermano pudiera sobrevivir. Ante la vista de todos los pasajeros lo sacó una patrulla y nunca llegó a ninguna parte.” Relata Marisa.

El año 1976 salió libre Ligorio y ante la muerte y desaparición de sus hermanos retomó con más fuerza su compromiso político. A pesar de saber que los militares y carabineros de la zona actuaban de manera brutal contra los opositores, se sumó a la resistencia en el MIR. Convencido que la vida debía continuar, a pesar de los peligros decidió concretar su romance en 1979. Marisa no recuerda claramente cuando comenzó a tener seguimientos, pero si sabe que muchas veces se le cruzaron vehículos de civiles no identificados, eso era notorio en una ciudad pequeña, con pocos vehículos, pero consideraba que paralizarse por el terror era aceptar la irracionalidad de la fuerza.

El 4 de julio de 1987, Marisa estaba ocupada con un bingo que se realizaría en el colegio de sus hijas. Cerca de las 19:00 llegó y Luis se despidió con un beso y les dijo “Voy y vuelvo”. Salió a comprar cigarros supuso. Cinco minutos más tarde una explosión terminaría con su vida. “No llevaba nada en sus manos, salió tranquilo como otras veces que iba a juntarse con sus compañeros  de partido, seguramente tenía un punto de encuentro para recibir o entregar información, tampoco pudo haber pasado a buscar algo porque entre que salió y estalló con la bomba fue el tiempo exacto que le tomaba en llegar a la calle Bilbao entre Matta y O’Higgins, donde había una casa de la Secretaría Nacional de la Juventud, que era de gente de ultraderecha. Recuerda.